En el crisol pequeño te disuelves. 8-10-09
Los recuerdos
El sabor de las moras es un recuerdo.
Confundido en el paladar se desgrana.
Las imágenes de mi mente se han marchado.
Se ha creado una fisura; pasa el aire y truena.
Los cantos de la vida no llegan hasta mi.
Ahora repico las campanas de la muerte
Son los salmos que dejo entre las nubes.
Así cobran fuerza en los senderos minerales.
Retumban en el corazón de la materia.
Los recuerdos se han borrado al instante.
Como un candil titilan antes de fenecer.
Una luz súbita lo dice todo y se apaga.
Los enlaces de amor ya son polvo enajenado.
Dormitan tras una mancha oscura reposan.
Resuena leve la primera estrofa de tus Jácaras.
Por eso te digo en los cánticos del camino.
Hijo tú me llevas como una gabela ligera.
¡Tú me llevas al fermento de las rocas!
Presiento animado el batir de tu corazón.
Me llega como recuerdo que encuba la tierra.
Todo es liviano en el trayecto todo es liviano.
Noto el calor de tus manos cada vez más leve.
Tus pasos no me balancean como antes.
Los perros ya no ladran ni cantan los pájaros.
Campos de hierba seca son los paisajes vividos.
Mi mundo es un lugar sin límites, sin referentes.
Un páramo donde brota y crece el olvido.
Tu los haces florecer, yo no puedo olerlos.
Calientas las mañanas y formas la luz del cielo.
Doras los campos como pan en el horno.
Dejas los cuerpos dormidos en la ribera.
Acaricias besos de amante, yo no te siento,
Me haces ir ligero en la elipse que formulas.
El perihelio es el tiempo del trajín animado.
Haces girar la tierra, como una peonza, un carrusel.
Momento de terminar el viaje, no puedo verlo.
Te estás alejando lentamente y me apena.
No recuerdo tu canto saturado de tristeza.
No me baldea el agua clara del torrente.
Ni las lágrimas humedecen mis ojos.
Los muros consumidos no me detienen.
Me caigo en el olvido precipitadamente.
La amnesia ha ceñido de negro mi soledad.
¡Te evaporas, en el recuerdo oscuro te pierdes!
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