sábado, 5 de septiembre de 2009

Fénix y las imágenes vagabundas

Es día de invocaciones... 5-9-09


El día amenaza con nubarrones negros, es el momento de invocar la lluvia, hace mucho que no lo hace y las plantas están agonizantes. Tomo un trocito de mata y lo muestro al cielo, es poco, pero es un consuelo…

Escucha el invovoz, traza líneas y hace lecturas.

El trovador de los salmos vaga por los universos minerales, en cada encrucijada cambia su estado y se ilumina, es una experiencia difícil de transcribir. Las transfiguraciones son asombrosas, su naturaleza pasa de átomos ligeros a pesados, de galaxias cercanas a cuásares lejanos.

En los cambios, algunas partículas se desprenden y crean alteraciones con los átomos vecinos, crean reacciones en cadena y liberan grandes cantidades de energía; ¡es asombroso! En otras ocasiones forman nuevas partículas fundamentales, la creación es el aliento de los cuerpos minerales, por diminutos que sean son creativos. El nacimiento de materia también pasa por la ventana del asombro y llora.


Trazo líneas en el aire, con ello adivino tu pensamiento. 5-9-09


Volvemos al pensamiento involuntario


Pienso que las imágenes vagabundas son el recurso espontáneo y natural del gran espectáculo que se da en fu fase física, material. La vida debe haberse dotado de él para tener permanentemente abierta una vía de experimentación y es muy posible que este recurso sea una actividad normal en todos los seres vivos, especialmente en aquellos que tienen un sistema de control centralizado. Incluso es posible que vivan también en el sueño de las plantas.


El descanso verde es una entrega amorosa a la luz de la luna, una manera de soñar la noche y dejar la actividad mental en las manos de memorias minerales. El despertar con la luz del sol es un saludo apasionado al calor del día, a la actividad en operaciones concretas.


En un estado mental así, tan efímero y volátil, es obligado asumir que nada es para siempre y que existen motivos internos y externos que nos mueven al cambio continuo. Algo nos invita a una danza de ritmo variable, danza que se mueve paralela a los temblores de la materia. Hay causas que nos mantienen siempre emparejados en el mismo salón, ¡somos materia en transito! En nosotros y junto a nosotros, todo está en un proceso de transformación constante y nos tenemos que acoplar, preferiblemente en un lazo amoroso. También ante nosotros se abre un llano sin límites, un escenario de soledades lleno de sombras agitadas, un horizonte cargado de misterio que nos presenta la puerta sinuosa del infinito. Esa es la última puerta que nos describe Fénix y desde allí, saluda al horizonte, baila de temor y regresa.