viernes, 4 de septiembre de 2009

Fénix y la nada

Ya sabéis su nombre y que hago con él. 4-9-09

Los pensamientos erráticos, las semillas nómadas de la mente, son un enigma en tránsito, como lo es también el misterio de la vida y de la muerte. El misterio es una fuente de energía inagotable ya que demanda ser revelado. Al buscar su rostro en el alba, éste huye sin cesar y no hay horizontes para encontrar su fulgor.
En mi voluntad, el especulo recoge la luz..., es la caja del misterio, la absorbe y de ella se alimenta. Si prestas atención, si paras el oído en su piel, puedes escuchar lejanas sus dulces letanías...

Tú eres el que me llena el estómago cada día. 4-9-09

Tengo las manos metidas en la luz, noto su calor y lleno el pecho con el aliento del día, disfruto al pensar y sentir un trance poético. Es un acto sencillo, preserva la luz que entra por el especulo y llega a la caja oscura donde ahora habita Fénix. Visionar este acto es lo mismo que captar y guardar su voz en un tubo de cobre, este es el ejemplo más admirable. Grabar su voz como los impulsos del corazón de la materia, como los monólogos de un ser que gira ingrávido, eternamente sentado en una silla de cristal.

El astronauta metafórico, el ser ingrávido, también habla con palabras inaudibles, deja ir su voz constantemente, es una revelación del saber que se hace presentir. Una vez desconectado pierde contacto sonoro con la tierra. De hecho ya lo ha perdido todo como el padre Fénix. El hilo que lo unía a la nave espacial es hoy la del invovoz que persiste en escuchar sus salmos. En nuestra memoria es un arquetipo, permanece siempre vivo mientras gira sin cesar en una órbita sin gravedad, allí lo situamos pensando, ¡imaginando sin cesar!

Es un viaje circular que empieza y acaba en el mismo punto, un espacio cargado de luz cegadora. Pensar en el lugar donde habita la nada también es cegador, la nada es el huevo metafísico, un abismo que lo absorbe todo. También es un juego de las probabilidades que se manifiestan a nivel cuántico. Esta es la imagen más plausible para visionar a Fénix en su periplo material, son los monólogos de la soledad: el ser evadido que pierde todos los valores del discurso y, en el más absoluto vacío, se da sólo en la palabra. Un ser que se desprende del estribo y la montura y se soporta en los perfiles de la nada.

El astronauta ya forma parte de los arquetipos colectivos de nuestro tiempo; un hombre se aleja lentamente de la nave que le une a la tierra, ha roto las ataduras y viaja como una partícula de polvo disuelta en el cosmos. Así nos lo presenta Stanley Kubrick en: 2001, Una odisea en el espacio. Allí no se presenta la muerte, es el retorno a la partícula, a la materia que viaja eternamente errante hasta encontrar un lecho fértil donde germinar.

¿No será la vida el resultado de estas piedras rodantes? Juan Oró dice que somos polvo de estrellas; –polvo enamorado –, dijo el poeta. Si es así, polvo que transporta la simiente del pensamiento vagando sin rumbo por el cosmos, hay que sembrar el cielo y las simas oscuras. Yo imito burdamente sus mecanismos y esparzo cenizas al despuntar el alba. El pensamiento vaga en el fondo luminoso de la mente, las semillas, el polen viaja y fecunda las matrices fértiles, el polvo de las estrellas transporta la vida, ¡los viajes aéreos son los éxodos del amor eterno!
¿No será el vagar de nuestro pensamiento una rémora, un reflejo condicionado de su deambular errante en la fase de partícula, un reflejo memorizado del eterno viajar del polvo que se transforma en carne?

Sobre ese misterio trabajo sin cesar y no me canso nunca. Para hacerle un hueco de acogida hago las cajas y encierro parte importante de aquello que voy desvelando. Como escultor hago recipientes para llenarlos con la voz que ahora me dicta Fénix en su peregrinar por el mundo mireral. El huevo de las cunanas, Alcor II, Los pecados capitales, Restos de Turkana… son cajas generadas para preservar parte de la historia de Fénix. Cajas para ocultar o escuchar sus voces, estuches para guardar sus restos y fosas para enterrarlo en presencia de la luz de los ojos.

Los pensamientos vagabundos son como Fénix al despuntar el alba, son pensamientos furtivos encima de Alcor que se cuelan entre las nubes, ahuyentan las tinieblas. Los que quedan en tierra, los que se alimentan del pensamiento creado, los que viven el pensamiento ya pensado, no tienen otro remedio que vivir los imponderables del mundo y concretar, no pueden soñar....

Los puentes

El sol me dice con los colores de la aurora. –Hemos venido para ver y hacer.–

El creador de nuevas realidades pone losas en el río para vadearlo, dice; –he venido para construir un puente – En su confianza dejamos de pensar, ya podemos traspasar el abismo sin peligros y sin mojarnos. También podemos bañarnos en el barro sin verlo, es lo habitual en el fragor de los días. No vemos las soluciones ya que estamos cegados por la luz de los hábitos y el acomodo; somos mostrencos adormecidos en la orillas del lago. !No n'hi ha un pam de net!

Si prescindimos del puente, hay que estar preparados para pensar otra realidad de las muchas posibles. El río se ha de vadear, el misterio se ha de desvelar… ¡la lucha empieza!

No debemos pensar que se trata de un cenagal, sino de un lecho de ideas cálidas y generosas. La luz que emana de la materia nos abre el pensamiento, reverbera como una señal misteriosa y anida en cada una de nuestras observaciones. El placer sensual del pensamiento hace posible disfrutar de ellas, sentir la presencia libre de estas imágenes cautivadoras y hacer el nuevo puente. Hay que sentirla como una realidad especial que nos acompaña siempre, que nos obliga a “crear realidades posibles”.

En la mayoría de los casos nos reviste por dentro y en ocasiones nos deja en el desamparo. Hoy las nubes cubrían el cielo, los rayos del sol barrían la tierra, ¡ha sido un dulce despertar!

Ayer me preguntaron: –porqué Fénix o la ciudad del sol –. La respuesta es: Fénix es un mito, la ciudad del sol es nuestro mundo, en él hacemos puentes, ¡tenemos que escoger!

Me voy al taller, me espera un mármol de 11 toneladas; !he de hacer que hable...!