viernes, 18 de septiembre de 2009

El ritual Ciclo C12

Es un momento extraordinario. 18-9-09

El ritual es sencillo: un espacio de representación y una serie de pasos que describen los procesos para escuchar y narrar la historia. Como siempre en mi trabajo es un conjunto de actividades que definen un área de pensamiento; todo es modificable. Es una obra en proceso, si un acto no es operativo, se ensaya uno nuevo, la cuestión es ser eficaz en el resultado estético y ético. El Invovoz improvisa, se inspira en los momentos, estudia las situaciones, oye los salmos y crea los pasos. Los pormenores del ritual ya se han explicado, quedan tejidos en el discurso de todo el “año de transfiguración”.


De las cenizas se devienen nuevas realidades. 18-9-09


Ciclo C12 tiene lugar en el espacio metafórico de Alcor y Tanina. El primero es una piedra caliza que

disfruta del tiempo mineral y transforma la realidad en el mundo de la partículas. Sobre ella tiene lugar la mayor parte de las acciones y se entra en las paradojas de la física cuántica. Sobre Alcor se combina los estados de la vida y de la muerte como principio de incertidumbre, como algo probable que se da o no se da.

El segundo, Tanina, es la raíz de un árbol seco, tiene apariencia de cabeza de dragón o imagen procedente del inframundo. No tiene nada que ver con los infiernos; es sabido que las raíces se hunden en la tierra, buscan la oscuridad y los nutrientes que ha dejado la muerte de otras vidas.

En los dos casos, la vida y la muerte son espacios comunicados con experiencias intercambiables. Es por ello que los salmos son audibles levemente por el Invovoz, solo por él. Ninguna persona podrá escuchar absolutamente nada de los encuentros con Alcor o Tanina; quedan pues avisados para que después no se lleven ustedes a engaño...


En ocasiones se hace servir a Tanina como un lugar femenino, el Invovoz le implora aliento, leche cálida vestida de recuerdos, le escucha con atención y con la boca abierta toma su aliento. Cuando se halla desamparado se esconde aterrorizado junto a ella, así encuentra consuelo. El resto es igual en los dos espacios, son un punto de encuentro para elevarse, alusión a un estado en proceso que presenta senderos intermedios.

Subido en ellos, el Invovoz contempla los cambios del alba, las variables de cada día, lo inexorable del tiempo, el pálpito de la vida. Algunas veces forma parte de la luz, traga rayos de sol, respira y escupe el rocío; son las perlas de la mañana y restos de Fénix padre que destila el alba.


El Invovoz se presenta ante el nuevo día y dice en un susurro inaudible, ¡buenos días amor, buenos días! Con las cornaleras ahuyenta las tinieblas de la noche y las sombras del padre. Aleja el dolor con giros y danzas, toma del cielo aquello que deja en la tierra y abre los dedos para que el sol pase por el hueco de la mano... En ocasiones despierta dosis de rebeldía y con el martillo amenaza con destronar el sol, otras se encoge de miedo junto a Tanina, o ensaya el primer vuelo fortaleciendo las alas. Al final contempla la obra y muestra el lugar de los enigmas, vislumbra el mundo nuevo y sereno al despuntar el alba.

Nota final: El ritual tiene muchas lecturas y esta abierto a interpretaciones variadas. Las anotaciones que quedan aquí sólo son orientaciones, ahora, eso sí, yo creo que el invovoz tiene autoridad sobre el tema y lo que él diga dicho está.