lunes, 9 de noviembre de 2009

Salmo VIII

Son días de calderas nuevas. 9-11-09


Salmo VIII
Transmutaciones

Fase. VIII. I

Mi alma se fundió con el núcleo de la tierra.

En gases impuros me arrojé súbitamente.

La molienda de los huesos fue un instante.

Allí se custodian como reliquias.

El viaje estuvo fuera de toda dimensión.

Regresaré otra vez entre polvo de estrellas.


La lluvia con polen regará los campos.

Las sementeras florecerán al instante.

Los cálices recibirán mi semilla en su seno.

Nacerán seres con coraje renovado.

Las nubes traerán agua henchida de besos.

Yo las elevo del mar como fina bruma.


En cada etapa me he sentido pletórico.

Un calzado bien ajustado, un zapato.

Parte integrada al mecanismo secreto.

Sujeto con pernos de uranio.

Hilvanado en los telares del universo.

Camino a la velocidad de la luz camino.


No tengo ningún poder remarcable.

Mis sales de carbono son abundantes.

Mis ardores las activa con otras sustancias.

¡Así me consumo en llamas!

La vida es una cuestión de azar y ensayo.

Una necesidad secreta que germina.

Su voluntad es indeleble y vence.


Soy el creador de la vida sin querer.

No tengo propósito alguno en mi viaje.

Todo es rodar sin misericordia ni pasión.

El albedrío no me es posible.

Algo me detiene, mis descargas son terribles.

También estoy atado a las cimbras del cielo.


Resido en resplandores y fuerzas virulentas.

No tengo pensamiento ni voluntad alguna.

Soy el artífice de la vida y no la puedo ver.

Custodio los huesos de los hombres.

Ruedo sin cesar en los brazos de la vía Láctea.

Millones de estrellas me contemplan.


Soy Fénix, el que renace cada día en la aurora.

Una garza dorada con plumas en las nubes.

Mis lagrimas son curativas y calman el dolor.

Mi aliento envenena los días y la sangre.

Cuando todo esta perdido yo canto un salmo.

En los trastornos se restablece el orden.


Mi imagen en el cielo es majestuosa.

Yo soy quien deja las hembras en cinta.

Ciego la luz y la voluntad de los hombres.

Soy el paraguas místico que asombra.

Para la vida soy ineludible en los días.

Para la muerte soy brutal en las noches.