martes, 28 de julio de 2009

Tiempo y amanecer

Tú, que piensas como las golondrinas. 28-7-09

La faena hay que ejecutarla y el tiempo es limitado, es necesario comprimirlo en una acción acelerada, precisa y decidida. Una dosis de adrenalina se ha de descargar para atrapar los instantes y hacer el trabajo pensado, sentido y acoplado a los cambios. Hay que valorar la luz natural, decidir la aportación de luz artificial para matizar y definir el tema en la zona de contraluz, el tiempo de obturación, la obertura de diafragma y, a su vez, ver las armonías del cielo. También subir y bajar de Alcor una 100 veces cada amanecer, algunas de ellas precipitadamente.

La acción está motivada desde la voluntad y desde la definición del acto creativo; Alcor es el referente espacial y temporal, el lugar de encuentro, la materia fósil que me sustenta. Se trata de una circunstancia especial que se da en un escenario metafórico y que crea la reflexión moral, ética y estética; la aportación artística es un valor que no está en mi mano tratarlo.

En la acción que explicaba ayer falta añadir: a continuación del recorrido, allí donde tenía los pies marcados en el suelo (el lugar, Alcor), escribí las palabras espacio y tiempo. En realidad nuestros pies en el suelo sólo pueden cabalgar sobre esos dos jinetes desbocados.

Esta obra fue para mí un ejemplo de cómo el tiempo actúa de manera creativa, de su intervención en las transformaciones de las cosas. También en las ideas que se siembran en el pensamiento y crecen como semillas y, en ocasiones, forman un jardín florido.

Más tarde en la clase de grabado ilustré la acción, pero las palabras, que antes habían sido los pies, las cambié por dos líneas y de esta manera quedó acabada la reflexión y la obra. Sólo eran los pies, la palabra y el signo en un suceder complejo.
Este dibujo recargado de contenido y simple de construcción lo adopté más tarde para firmar la piedra, como anagrama conceptual, es el que todavía utilizo para señalar las esculturas. Ninguna otra firma habría tenido más sentido para mí, ya que aquellos temas son todavía mis aliados. De aquel trabajo salieron otros tomando como referencia la idea de la señal, el hito, o el testigo de un acto efímero. En realidad mis obras son aliento contenido, una idea fugaz que busca la permanencia entre los mantos de piedra. Nada se puede decir que no sea eco de lo nombrado, el tiempo nos dicta una letanía interminable, versos inaudibles, nosotros señalamos las curvas de un camino que nos es dado...

Actualmente he realizado una obra para plantar los pies sólidamente. Le llamo “La firmeza del suelo”, es un pequeño templo construido sobre la roca para sentir la estabilidad de aquello que nos sustenta. El tiempo ahí se da como en Alcor, es un filtro mineral, silencioso, cargado del frío del origen, estable y confiado. También es una metáfora que acompaña la palabra y la acción y en ella me apoyo cada día para decirle al sol en la cara, ¡tú, que piensas como las golondrinas, limítate a hacer gigantes bolas con barro!
Alcor es también un hito que espero me acompañe a casa cuando termine la aventura de Fénix…!ya es un instrumento de mi repertorio!

Alberto Contador ha ganado el Tuor, !enhorabuena, todos nos hemos enterado!