sábado, 1 de agosto de 2009

Los brazos aspados

Por el índice salen radiantes. 1-8-09

Firme en Alcor con la mano alzada
Dejo pasar los rayos del sol con los brazos aspados,
algunos los detengo y los dirijo a la tierra.
Por la punta del índice salen radiantes y azarosos.
En ocasiones corto el aire y veo chispear las gotas de rocío.
Parece increíble, ilusorio, pero es cierto…

Los límites de lo creíble se esfuman.
Son cantos del sol asombrosos.
Suspiros terribles que abruman.
Silencios que nos llenan de misterio.
De agónica incertidumbre.

Conozco manos que tejen pensamientos.
Los dibujan sobre papel de seda, los cosen con hilo de oro.
Después los esconden en los huecos del olvido.
Como musgo seco se mimetizan en la tierra.
Me lo comentó la tarde; ¡soy maestro en ocultaciones!

¡Los límites de lo creíble son asombrosos!
Como arcones están llenos de misterio.
La luz cercena zonas oscuras, en el borde reverbera su poder.
Es la piel de un fruto desconocido, otra frontera que se expresa.
Se expande como la semilla de una idea.

¡Un baño de neutrinos alumbra mis sueños cada día!
El viento es más explícito y me limpia el rostro,
Lo libera de angustia y melancolía.
Con los brazos aspados parezco un penitente,
Pero es un protocolo sencillo que me llena de gozo.

Allí me encuentro solo con mis pesares.
Encima de la cabeza planea la bastedad del cielo.
En la tierra, una piedra noble me soporta.
Todo es equilibrado, yo miro atentamente.
Ahuyento las tinieblas y le digo al sol

¡Buenos días amor, buenos días!