sábado, 17 de octubre de 2009

V puerta

Me cubren las sales del tiempo. 17-10-09

V puerta

I Voz

Abro la puerta de la contingencia y entro.

Donde los hechos no son previsibles.

Como mota de polvo quedo atrapado.

Paso entre la luz y la incertidumbre.

Todo se oculta en las leyes de lo posible


La ruleta gira y nos trae el infortunio.

Una caja se abre accionada por isótopos.

No puedo verlo.

Tampoco sentirlo.

Ni pensarlo.

Veo el postigo y el hueco del misterio.

Quizá es una probabilidad que se acerca.


Los encuentros colisionan, al azar colisionan.

Un spin paradójico,

travestido, me dice…

El devenir es incierto pero viene solo.

Es una verdad inapelable.

Se presenta en el cazo del fundidor de los limbos


Las valencias se dislocan en parejas.

En el baile de la concepción se funden.

Una nube de esperma muere.

Ha sido un ensayo del devenir en la marmita.


Los cambios son instantáneos los cambios.

De un extremo a otro se comunican.

Tejidos en los hilos invisibles.

Los pensamientos lo hacen en ocasiones.


El amor se opone al odio en un soplo.

Es una energía misteriosa que fluye.

Las sincronías nos unen.

Son fuente de los milagros.

Las manos se acoplan como imanes.

Son valencias de un campo excitado.


Se proyectan fugitivas se proyectan.

Hacia los pechos van con ansiedad nutricia.

Babean las glándulas sin cesar

Se adormecen los pezones.

Hacia la vulva caminan con instintos de roca.

Más allá de la velocidad de la luz viajan.


Lo bello nace de los opuestos lo bello.

Aquí se juega a los dados trucados.

Los lanzo cada mañana.

Tú y yo somos uno, dos caras posibles.

Eres o no soy en el lugar de encuentro.


Aquí son largas las distancias.

Tu voz me llega por el tejido del sueño.

Tomo tus palabras.

Llegan al instante.

Las leyes físicas tienen puertas secretas.

Atajos maravillosos, indescriptibles.


Hoy marco el ritmo de las fronteras.

Los limites del mundo se expanden.

Coloco las señales.

Son excrementos.

Más allá no llegan las palabras.

No pasa la luz, no se desliza nada.


Llevo la gran serpiente entre las manos.

Soy el tiempo que se escurre en la mente.

Entre los dedos se cuela.

Como simiente en los labios.

El dolor del olvido repta entre el polvo.

El tambor de un corazón insomne.


Empieza a percutir de soledad...