martes, 1 de septiembre de 2009

El flujo del pensamiento

He de saber que me dices... 1-9-09

Subo a Alcor cada mañana, la intención es sentir el aleteo de los instantes y poderlos transcribir posteriormente para “renacer”; tras la disciplina que me impone, ¡renacer!


Hoy he parado atención sobre el hecho de pensar, Fénix lo está haciendo en su viaje por el mundo mineral, en un espacio sólo imaginable por nosotros; sabemos que es una invención, que él no puede comunicare desde allí, no obstante ahora es una pregunta en el límite del mundo y se dispone a regresar. El invovoz es el encargado de interpretar su viaje y su divagar por el pensamiento. !ojalá lo consiga!


Hoy ha salido un día cargado, las nubes del cielo presagian lluvia, no he visto el sol, he visto sus efectos, con ello deduzco que las cosas están ahí aunque no las veamos.

Son momentos difíciles, las piedras nos han de alimentar.


Pensar no es nada extraordinario, lo difícil es no hacerlo. 1-9-08


El fondo luminoso

Parar la actividad del flujo de las imágenes es el propósito de aquellos que quieren salirse de la trampa del pensamiento. En la pantalla mental de todas las personas, quiero decir en el fondo luminoso de la mente, se encuentra el lugar donde se presentan las imágenes furtivas y el sino tembloroso de la experiencia continua. Allí también se manifiestan los gestos y todo el sutil rosario de significados que recibimos al encontrarnos con los reflejos de lo que somos. Desde allí escucha y habla el invovoz para transcribir los salmos.


En ese escenario virtual nos damos al mundo como tallos tiernos; en la antesala de la mente fluimos sin cesar. Es un espacio de tramoyas mudas, el espacio donde se proyectan de manera imparable las realidades ligeras, los destinos fragmentados, vagabundos y erráticos. Son pensamientos que se interfieren con los sentimientos y se confunden con la percepción de la realidad. Vienen a ser como el material de relleno entre períodos de conciencia y vigilia.

Quizá sólo es el latido de la palabra en el hueco de la boca, quizá es el aleteo de un instante antes de formarse significado. Es muy posible que esa actividad mental sea el rincón ocupado por residuos del pasado; cenizas cálidas que se abren para que el sol las ilumine sin interferencias y de ellas nazca algo nuevo.


En esta esquemática idea, en este esbozo sin perfiles de la realidad mental creo que fluye de manera entretejida una actividad de un valor extraordinario para el arte; también para la manifestación de la existencia y para el desarrollo de la imaginación. La palabra muda y el divagar libre de la mente son eminentemente creativos. Ese estado alucinatorio del divagar no se le puede llamar pensamiento, pero es fruto de la actividad mental, por tanto boy a focalizar el razonamiento sobre ese aspecto. Para ello dedicaré varios días en el intento de dibujar el lugar desde donde Fénix padre persiste en la transcripción de los salmos.


El flujo del pensamiento

El fluir imparable de las imágenes mentales también actúa como si fueran válvulas de escape, como resortes que descargan la energía sobrante de la actividad mental. Son sobraderos para dar curso a las vivencias que se acumulan en el procesador central, la mente humana. son fuerzas difíciles de gobernar con la palabra y constituyen una energía apropiada para la pintura de acción, para la escultura del gesto, para la poesía libre y también para depositarla como pensamientos en flor en una caja cerrada y misteriosa. Esa es una de las propuestas implícitas en el trabajo de las ocultaciones.


Ese impulso es su estado natural, no hay cognición, es un estar vivo y compartir el espacio de la vida. Quizá se trata de eso, sólo una agitación interior que navega totalmente libre en la búsqueda de errores y aciertos. Quizá es un impulso que funde en el presente todas las escenas vividas en el pasado, posiblemente en etapas pretéritas de la vida.

Pensar es dejar fluir los impulsos mentales y estos llevan impresas dinámicas heredades de nuestros abuelos los paramecios. Si posteriormente se formula una hipótesis de trabajo y se le da forma al caos, a la semilla segregada en la mente y la teoría toma cuerpo teórico y social, a eso le llamamos pensamiento. La dificultad se presenta en la transcripción, en la comprobación y en el proceso de verificación que ha de darle la historia.


En el caso del invovoz, él escucha atentamente y deja ordenado sobre el papel aquello que era caótico y sin sentido en la mente, el resultado no es lo primordial, lo realmente importante es dar curso a un impulso poético.