martes, 8 de diciembre de 2009

A Barack Obama: Emperador de Fénix o la ciudad del sol

Danzo entre las brumas del alba con el palo nganga. 8-12-09

IV Testamento Legajo IV. II
A Barack Obama: Emperador de Fénix o la ciudad del sol.

Alegato I

Tu saga se levantó entre esclavos.
Ensalzabas el pendón en el Medusa.
Eras fuerte y subiste a lo más alto.
Perforaste la tierra con Chico rey
Reconoces en la piel las bridas del dolor.

Muchas han sido las lagrimas.
Muchas más las humillaciones.
Ahora eres emperador del Fénix renacido.
No te olvides de la madre de Turkana.
Hoy canto un salmo en tu honor.

Por eso te digo, cuenta con el aliento del sol.
No puede haber retroceso en la ciudad dorada.
Tienes el don de la palabra y el gesto.
En tus manos está el cetro del poder.
Tu mente es limpia como el alba.

No te ensucies con bagatelas.
Es mucho lo que tienes en las manos.
Si te equivocas, eres hombre.
Es una circunstancia atenuante.
Lo que cuenta es el sentido de la acción.

Te entrego la voz de una nganga,
es sin dudarlo la mejor consejera
Con ella orientarás el futuro.
Con valor ten los pies sobre el suelo.
Siente en la piel la firmeza de la tierra.

Con mano firme lleva el sextante.
Te ofrezco los palitos de milenrama.
Con ellos verás claro el devenir.
También una cornalera boreal.
Para que ahuyentes las tinieblas.

Los ambiciosos te adularan, son voraces.
Los poderosos te presionaran.
Los enemigos te ignoraran.
Encuentra los claros del alma y reposa.
Con sosiego verás días de placer y dolor.

Te dejo mi testamento en la tierra.
Lo dejo oculto en el pozo del dolor.
Con él dispondrás de la luz del sol.
La oscuridad jubilosa de la noche.
La frescura del tiempo dormido.

Serás custodio permanente de las normas.
¡Escucha mi voz como entra en la vaina!
El invovoz es consejero de la ciudad del sol.
Él toma la palabra en el limbo y canta.
Su mentor tiene la perspectiva del tiempo.

La vida hay que lucharla día a día.
La muerte es redentora de todas las batallas.

¡por eso exclamo en solitario!

Estoy henchido de dolor y tengo esperanza
Quizá seremos vencidos con las armas.
Quizá nos espera el sufrimiento.
Una vez más bajar la frente y huir.
Pasar los montes con lagrimas en los ojos.

Tu tienes el aliento entre las manos.
Novalis dijo que El sueño se vuelve mundo.
Hay que luchar con las armas del pan.
Ajustar la derrota con la palabra.
Llenar los vientres de justicia.

¡Este es el alegato que dejo!