lunes, 14 de septiembre de 2009

Fronteras en el sueño

Los palitos de milenrama me han escrito VAL en el cielo, interpreto que ya están los salmos. 14-9-09

Es tan necesaria la actividad inconsciente como la consciente, es tan necesario ver el sol despierto como dormido, es tan real la piedra que hiere la mano, la que rompe el cristal, como la que cae en el sueño y anuncia el abrupto despertar.

La experiencia humana se beneficia de las dos caras del mundo y la vida en general se ha dotado del placer de la ambigüedad para romper los perfiles cortantes de la realidad.


La vida es sueño porque ni en el sueño más profundo es posible desconectar la actividad mental, ni en el sueño más profundo puede dormirse el piloto automático que regula los impulsos de la vida, las conexiones con el mundo en los intercambios de energía. Todo es mental y físico; la actividad mental es excitación física que se contempla levemente. Sus recreaciones son procesos en el sueño que buscan el despertar, alegaciones preliminares al desvelamiento definitivo.


El fuego y los pensamientos. 14-9-09

Siempre estamos en el espacio de las conjeturas, luego todo es sueño o conjeturas de ensueño. Así se encuentra Fénix en su fase terminal, las dudas abren abismos terribles y las perplejidades son inevitables. El principio de incertidumbre es consustancial a la existencia de la materia. Expuesta en el límite ese es su estado y sus efectos también maceran la psique humana.


La vida es sueño intuido porque sólo podemos pensar aquello que ya ha sido pensado, transitar los senderos de lo que ya ha sido experimentado.

Cuando dormimos profundamente, sin recuerdos, dejamos el gobierno del cuerpo a un ser interior que nos llena de confianza, sabemos que él no dejará de cumplir con las funciones vitales y que mañana veremos nacer de nuevo el día; el aire no habrá dejado de circular por los pulmones. Ese es el pensamiento de la vida vegetal que todavía nos acompaña. Acumulamos todas las formas de pensamiento que ha experimentado la vida.


En los procesos libres, la mente recombina los recuerdos y los monta y desmonta según su parecer. No podemos colocarnos como Fénix en el limbo, en los limites del universo y decirle a la oscuridad, ¡Buenos días amor, buenos días!. En esa oscuridad habita lo no pensado, la palabra no pronunciada; es el abismo desconocido de la mente. No podemos llegar hasta allí y arrojarnos, sólo lo podemos hacer desde el sueño de la muerte.


Sí, la vida es el sueño de un espejo oscuro empañado por el tiempo, de lo contrario, ¿dónde esta aquel niño que llevo dentro, aquel que tenía miedo de las sombras y sólo estaba seguro en los brazos de su madre, y ella, dónde está aquella mujer de pechos cálidos y caminar seguro, dónde están sus ojos color de miel, dónde ha ido a parar la fuerza de su cuerpo? Ya sólo es un sueño o una imagen vagabunda que merodea unos instantes por la periferia de mi pensamiento.


La esperanza se quiebra en las dudas del devenir…; tomo las uñaras y rasguño el aire, hoy me duele la tristeza.