sábado, 7 de noviembre de 2009

Resplandor. VII. II

Nacen con la serenidad del día. 7-11-09


Resplandor. VII. II


El firmamento se ordena con leyes universales.

La belleza es la causa de su existencia.

Fénix vuela en los colores de la aurora.

Es la imagen fastuosa de la vanidad.

Bajo su velo de brumas.

Me siento grano de mijo.


El tamiz de las arenas de ensueño me delatan.

Mis alas centellean como fuego en el cielo

Las plumas son rayos de sol reverberante.

El resplandor de mis ojos os deja ciegos.

Vais como topos bajo tierra.

Por tanteo hacéis el camino.


En mi mente sólo queda glamour y ensueño.

Mi cuerpo conforma pozos oscuros mi cuerpo.

Irradio las sombras del bien y del mal.

Todo lo contengo, ¡soy el disco de oro!

La luz de la razón oscura.

La palabra colmada y justa.


Hoy me baño en las aguas primigenias.

Eso me hace ser equidistante con vosotros.

Me deslizo por lagunas de fango oscuro.

Salgo con las plumas deslumbrantes.

Recobro los huesos del sol.

Haré un golem renacido.


Encima de Alcor susurro cada mañana.

El resto de los vivos reproduce mi canto.

Una lucerna me enardece hoy los ojos.

Trazo con holgura caminos invisibles.

Senderos esperanzados.

Limpios de cizañas.


Fondeo el océano de aguas tenebrosas.

Vuelo rasante y proyecto un graznido.

Levanto las alas que forman las montañas.

De mis ojos nacen resplandores al alba.

Traigo la luz y el fervor.

Sirven para cualquiera.


Me digo; ¡tan poderoso y soy mortal!

Como lo sois vosotros, hijos del barro.

Ni siquiera soy dueño de mi destino.

Me extingo como un candil titilante.

Como agua en la arena.

¡Sin remedio me extingo!


En llamas permanentes me consumo.

Los bonzos me superan en pasiones.

Ni siquiera puedo apagarme a voluntad.

Soy como brizna de polvo en el cielo.

Menos que un grano de mijo.

En el dilema no se quién soy.


Un juguete en las manos del invovoz.

Él me golpea el rostro con el martillo.

Intenta modelar los metales en su crisol.

Con firmeza ha hecho el pozo del dolor.

El suelo firme de roca.

El sabe lo que hace, está cosido.


Tiene mi voluntad prendida en las pupilas.

Cada día nos vemos la cara y él me dice

¡Buenos días amor,

amor…, buenos días!

Tiene la firmeza oscura de los iniciados.

Brega conmigo las cuestiones del cielo.

Como un chamán danza.


Baila como un endemoniado y me musita.

Todavía se mueve en el sueño de los magos…

Le susurro al oído,

¡tranquiliza el ánimo!

No hace ni caso, es duro como peñascos.

Sigue lanzando los palitos de milenrama.


Confía en el mensaje oculto.

Una y otra vez los tira y espera asombrado.

El misterio del mundo lo tiene hechizado.

Seducido gravita como la mosca gravita.


Como una lombriz está cosido al devenir.

Ahuyenta la noche con razones oscuras.

Espera un mensaje encriptado.