lunes, 31 de agosto de 2009

El aliento es la vida

Tu voz pasa entre los dedos. 31-8-09

La muerte está con nosotros como una magnífica compañera, se cubre con los mejores vestidos de gala, las hojas de primavera le sirven y las de otoño también. Le sirve todo, las lluvias y los vientos, la tierra húmeda y la mancha tenebrosa de las nubes, el vuelo de un pájaro al alba y la piedra del pensamiento rota con el golpe de un martillo, ella nos acompaña siempre.
La presencia de la muerte es falta de aliento y se desgrana como una sombra. Es aire animado sobre un cuerpo material y se evapora, se oxida, se envejece, entre las presencias que huyen por la boca de los días: ¡la muerte llega a cada instante!

Según me explica Fénix en su tránsito por la muerte, la experiencia dormita en la disolución de las formas y la perdida de todos los registros en la memoria. Afirma que allí, en la materia disuelta, se difuminan los rastros de la identidad. Todos vamos al espacio vacío de la partículas y quedamos ocultos trás la nada; para nosotros una mancha oscura, ¡allí el ser se apaga! La cueva es su hábitat, la falta de luz y aliento su estado. Es una realidad sin presencia alguna, el agujero en la montaña perfila su carácter de eternidad. !Nada, del ser no hay nada!

La estética de la muerte ha sido y es en la cultura una presencia insoslayable, como un color en los ojos, una parte del repertorio cultural de la vida. Es ahora cuando pensamos que hay temas que no se han de tratar. Se hace pedagogía para dejar atrás el dolor, el miedo, la muerte, ya no hace falta conocerla por la morbosidad que despierta, hay que maquillarla.
Despojada de tratamiento simbólico, la encontramos en la vida cotidiana, una persistencia permanente, en la presencia salvaje de la guerra; aquí nos parece demasiado clara la intención y aparece vacía de misterio y de sentido. El ritual la coloca en su lugar, trás el habitual río de catástrofes, las noticias la hacen irreal, son dígitos, estadísticas...

La muerte en las catástrofes es una realidad insoslayable, un rayo devastador que nos deja sentados en lo irremediable. Es presente en los conflictos personales como una realidad trágica que nos arranca la vida, temas que representamos en las películas, el teatro, la poesía, etc. En la televisión, el cine y la prensa escrita tiene una presencia insoslayable, familiar y intranscendente, es una cita sin gravedad en la mayoría de los casos.

A la muerte hay que darle un lugar con la dignidad que se merece, No podemos ser ostentosos en la vida y escamotear la muerte tras los riscos de la montaña. No podemos hablar por la boca del difunto y exponer la excusa de que es el lugar que él quería, un lugar romántico desde donde verá la eternidad de manera amable. Tras la muerte no hay paisajes, no necesita ni un lecho romántico ni una mansión ostentosa, necesita un lugar para guardar la memoria para los vivos.
Tirar las cenizas al viento no es un acto ecológico, es un acto irresponsable. La cenizas, se coloquen allí donde se quieran colocar, siempre irán al río inmenso de la materia, no hace falta nada, todo lleva el mismo camino. No debemos deshacernos de las responsabilidades para con los que se han ido.

Perdidos para algunos los rituales antiguos, la sociedad civil ha de crear sistemas para despedir a los seres queridos y para guardar su memoria con dignidad y sin ocupar más espacio que el necesario. Una ventana en la roca para respirar el aire que emana, sin filtros ni espectáculo. Un agujero, un hoyo como una matriz que recoge todas las iniciativas que produce la razón; aquí, en este espacio, los pensamientos se contraen al volumen de una gota.

Alcor II es un columbario para quince generaciones, la caja de la muerte de 7.500 años. –La muerte es el camino inicial para dar continuidad a la vida –. Dice Fénix en sus salmos, así que Alcor II es un espacio donde la memoria es contemplada como el marco ideológico en el cual el pensamiento renace, por el momento en forma de canto como pasa en el huevo de las cunanas.

domingo, 30 de agosto de 2009

Huir dentro de los ojos: buscar es deseo de conocer.

Siembro el aire al despuntar el alba. 30-8-09


El mundo de los salmos nace en el impulso creador de los átomos, ellos dejaron gravada su inquietud en la formación de moléculas y más tarde en el “cuerpo calloso” de todos los seres vivos. Cualquier forma de inteligencia lleva su herencia y no puede substraerse a ella, por el contrario, es llevado, inducido por el impulso creador de la materia, de ahí la necesidad de saber, de organizarse, de buscar la diversidad, de hacer depósitos de memoria y de fomentar la capacidad para replicarse...

El gozo que cada ser experimenta al aprender lo extrae de la voz inaudible, del canto misterioso que habita en él; es el misterio emboscado que se expresa, la presencia de la molécula inicial que irradia inquietud vital. La reverberación del origen nos habla con el timbre de la luz, con el aliento genital de las semillas. Cada mañana, cada primavera, cada cópula, es un impulso motivado por la resonancia de la primera unión.

¡Sembrar es un acto lleno de turbación...!

Tomar luz para iluminar los espacios internos. 30-8-09


En nuestra realidad, la profundidad del cielo no esta hacia delante, no es lo que se presenta delante de los ojos, está detrás y huye sin cesar. Mas bien es una luz que se hunde en el cerebro, se comprime con una energía inaudita que amenaza con devorarlo todo. Se comprime en el tiempo, huye en el hipocampo, el cual rastrea los atajos para encontrar la suma de los instantes. Traspasa el Fornix para instalarse en el tálamo y repetir un salmo, un fonema esencial emitido por los primeros cocos y diplococos…


Estoy escribiendo los salmos, ya lo he anunciado otras veces, me encuentro en un laberinto sin marcas. No quiero presentar lo ya trazado; deseo indicar las sendas floridas, una alternativa sinuosa. Me encuentro solo, ¡a veces desamparado!


Las nubes se arremolinan, el sol resplandece y los colores de la aurora presentan el despertar del mundo de manera diáfana. Nada queda oculto a la mirada, Fénix es transparente. Todo él entra por los ojos y transforma cada uno de los sentidos. La percepción es holística y cada uno de los factores interviene en la creación del momento. Hasta las uñas se resienten con la carga emocional del instante. Los sonidos se hacen táctiles, la humedad esta perfumada, la piel recoge las gotas de rocío y las evapora al instante, todo es un devenir continuo, nada vuelve atrás.


Cada día es una experiencia nueva, los cantos de la aurora son sagrados porque hablan del aliento del mundo, que es nuestro aliento, del color del cielo que es nuestro cielo, del aire de la mañana que es el que respiramos… El espíritu se siente unido a los misterios porque nosotros somos un misterio no revelado. En el enigma de la naturaleza se respira la luz tangible de la mañana, entonces es materia disuelta en el espacio y se amasa como el pan. El color es una atmósfera de gránulos disueltos que hace de la profundidad una percepción emocionada, un estado anímico sobrecogido y una sensación de grandeza llena de contención. La creación del devenir es tan evidente, su luz desprende tanto poder, que nos deja sentados ante lo inexplicable. A esta situación tan física, tan concreta y, a su vez, tan llena de evocación numinosa, le llamo “la realidad estética”.


El mundo penetra lentamente en nuestra psique, se cuela como la brisa y forma una imagen asombrosa con su palpitar. Un ser nuevo se deviene en nosotros, es un proceso irreversible que no se detiene nunca, es la huella del tiempo que se sobrepone en capas delgadas y forma un depósito de experiencia inolvidable.

Encima de Tanina me digo, – ¡este es el verdadero renacimiento!, ya no soy el que era antes de subir a esta pequeña atalaya –, soy diferente, solo eso, soy diferente.


Como afirma sobre el tema Ilya Prigogine [1]


“..el hombre forma parte de esta corriente de irreversibilidad que es uno de los elementos esenciales, constitutivos del universo”

Una conclusión que llega a asustarme; soy diferente y conservo los recuerdos del pasado. ¡Todos viven en mi y todos pueden desvanecerse como las nubes que deambulan por el cielo.

Los recuerdos los amaso, los describo lentamente sobre el papel, los dejo ocultos en la roca, son recuerdos, no son nada, ¡No son nada! Es posible que los recuerdos también sean acumulativos y que en el haber colectivo quede alguna cosa. Una obra difusa, imprecisa, sólo una puerta abierta a lo ya pensado. En el futuro quizá tengan algún peso en la vida de los humanos. Una leve emoción que viva en libertad y se desprenda sin cesar; quizá la resonancia de la tierra que ayude a mantener más fina la palabra intuida.


Las musas han muerto, ¡es una lastima…! Todavía resuenan sus cantos de tristeza: cenizas disueltas en el funeral de Patroclo. Como los salmos de Fénix, se oyen en los legamos del río, se exhala como un vaho perturbador; de allí lo esnifan algunos poetas como elixir misterioso. La intuición es la inteligencia profunda del ser humano. ¡Las musas han muerto, es una lástima!


Subo a Tanina, otra vez tomo puñados de sol para iluminarme por dentro, ¡es un momento misterioso! Con un palo amenazo al horizonte, ahuyento las tinieblas limpio de legañas los ojos. Una semilla de rebeldía se ha despertado, algo germina en mi que tiñe de violencia el instante. Soy un depredador que no reprime los instintos, amenazo ya que tengo miedo, subo a Tanina ya que soy pequeño, escribo ya que soy mortal y deseo permanecer aquí un poco más. ¡sólo unos instantes…!


[1] Ilya Prigogine, El nacimiento del tiempo. Ed. Tusquets, Metatemas. Barcelona 1993. P.25

sábado, 29 de agosto de 2009

Diferentes

Hoy tomo los rayos del sol como aliento. 29-8-09
Desde los colores del alba me viene un mensaje ya aprendido, un nuevo día, una nueva situación; el juego ha cambiado para él también, ahora me explica la soledad del límite, cercano ya a otro universo. En los bordes del final se presenta un mundo de incertidumbre, totalmente diferente. He de tomar nota y cantarlo, los salmos están ya al final del trayecto. He observado que habla con voces nuevas, un lenguaje desconocido, lo entiendo por una razón que desconozco, se oye muy leve.

Algo diferente viene a iluminar los nuevos días, pero la aurora me dice que los cambios son imperceptibles, no afectan a nuestro mundo y si afectan, ¡son inapelables!

Reivindicar lo diferente es una quimera y al mismo tiempo una ilusión paradójica.

Todos somos diferentes, no podemos evitarlo. ¿Hay en la tierra un ser igual a otro…? ¡no!, no hay dos seres en la tierra iguales, por tanto, no hace falta reivindicar algo que es evidente. Ser iguales sería salir clonados de un patrón, de una máquina de montaje, de un mismo molde. Somos únicos y diferentes pero con derechos y obligaciones iguales.

Queremos ser aquello que no somos, ¡iguales! Agrúpense los iguales, comunistas, socialista, demócratas, cristianos, musulmanes, andaluces, catalanes, vascos, algonquinos, fang o fueguinos… ¡iguales! A los dos días irrumpirá la diferencia y volveremos otra vez a la cuestión de fondo; parte de la condición humana se manifiesta en la discordia y si no tiene una entidad hay que crearla. ¡Es una fuente de energía incalculable!

La mentira

Nuestra mentira es un estado que germina y crece dentro de nosotros como una planta, desde la cuna se va colando pletórica y triunfante la quimera, la “diferencia”, cargados de miedos y enemigos, de buenos y malos de justos e injustos nos mantenemos en una permanente tragedia por tener los pies sobre una… ¡mentira!

Al final la mentira ha colado tanto en nuestra mente que es lo único en el universo que es verdad; entonces es cuando se entrega la vida cargado de metralla… En junio, Ali Ghasemi, un opositor al régimen iraní, practicó la “lucida desesperación”. Como Fénix se prendió fuego delante de la embajada francesa, alguien habló por su boca… Él no renacerá en los colores de la aurora en forma de mujaidín.

viernes, 28 de agosto de 2009

La historia

La luz pasa entre los dedos, esa es la verdad. 28-8-09


Toda la historia de la humanidad se comprime en nuestra mente y de ahí escogemos nuestras verdades, ¡diamantes entre la basura! Los nuestros, los otros, los buenos los malos, las víctimas, los verdugos, una sinfonía interminable que cubre el entramado social. En algunas ocasiones el corpus social llega a sufrir una patología grave. Así, cada individuo lleva su universo mental asentado en la confianza en “su grupo”, en él se deshace el nudo de la confusión y se ve con claridad el error de los otros. Desde entonces camina con la seguridad de que él es diferente y posee la razón, la justicia, el derecho, la verdad, la causa que justifica los medios y si es necesario la inmolación.


En ocasiones esta razón se asienta en que llegó antes y clavó la bandera. (llegó antes o eliminó a los que estaban). Como un perro se meó en la piedra central del territorio y lo marcó con cadáveres. En otras enarbola a su dios como la razón absoluta del universo, en otras es una cuestión histórica, –¡siempre ha sido así y siempre lo será!– Normalmente ese siempre es el tiempo de su ilusión historiada. La historia como ciencia no es nada más científico que las recreaciones que estoy haciendo con Fénix; yo también tomo los conocimientos de la “realidad” para presentar el hecho de nacer, morir y renacer. La luz pasa entre los dedos, esa es la verdad que desprende Fénix o la ciudad del sol.


Verdades, mentiras que se protegen y cultivan como tesoros y en muchas ocasiones esta alucinación esta unida a la vida de miles de personas, ¡así es la condición de los hombres! Autenticas fosas comunes recogen el dolor de la humanidad. Hoy he anotado en el cielo una palabra, con el dedo he escrito los nombres de los justos, allí dejo ir el dolor de la humanidad.


Junto a mi casa he realizado un pozo, una perforación de 180 metros para depositar los agravios, si queréis las almas, de los que han sufrido injustamente. Una mentira, una gran tragedia encadena nuestra vida, ¡quién lo diría, nos mata lentamente una mentira!


No hay que pensar que son los otros los quiméricos, los que mienten, todos vivimos en la ocultación, en la amnesia y el olvido intencionado. Podemos matar con el acto sutil de la omisión. ¡Cuantas nobles ideas han sido eliminadas por una orden implícita de un poder débil y la mano del archivero subyugado…

Cuantas personas de valor viven el ostracismo, en la sombra, en la soledad y el desamparo, arrinconados por la voluntad de “patricios” autocargados de blasones y vanidad. ¡En nuestra ciudad es caldo de cultivo…!

jueves, 27 de agosto de 2009

La concepción del poder

La concepción del poder. 27-8-09


El sol no es ningún dios, es un astro pequeño que ilumina la tierra, los ojos y los pensamientos; lo ilumina todo, traspasa las fronteras sin detener el aliento y no cobra tributo alguno. Personalmente me siento agradecido por ello. Fénix lleva la bandera de los colores de la aurora, no cree en ella , es ella y expande sus alas para iluminar la vida. No tiene predilecciones, desde los paramecios hasta los grande cachalotes toman su aliento, nosotros también, es su regalo. Ejerce el poder con la autoridad del creador...


La vida es lucha permanente la vida,

por la supervivencia es lucha,

siempre a muerte siempre.


En muchas ocasiones (todas), para hacerlo hay que tomar decisiones dolorosas, ¡hay que matar para vivir! Pero el depredador no siente remordimiento al hacerlo, siente un placer inusitado. Cuando ataca a la presa, una descarga de energía inunda su cuerpo y cuando esta cae la luz del sol se ilumina dentro de él; ¡la vida resplandece junto a la muerte! El poder ejerce su ley y la presa es alimento para vivir...


La naturaleza esta estructurada de esta manera, pero a su vez, tiene el principio del equilibrio y la colaboración, la simbiosis y la regulación de los ecosistemas y, sobre todo, el dejar vivir. Cada especie cuida de si misma pero se regula con la intervención de las demás. Cuando eso no pasa, la catástrofe será la encargada de hacer la regulación… y otra vez a volver a empezar.


En el pensamiento humano hay un principio heredado de las colonias animales, hormigas, peces, pájaros etc. se agrupan para sobrevivir mejor. También se podría pensar que se trata de morir igualmente, pero con un porcentaje de riesgo menor. Vivir agrupados comporta economía de medios, confianza, apoyo moral y logístico; ¡vaya!, es más seguro que hacerlo solo. Entre mayor y más fuerte sea la comunidad más posibilidades de supervivencia y bienestar se ofrece, especialmente a algunos. La colonia concentra poder...


Las comunidades humanas se han hecho peligrosas, se han separado del lenguaje de la naturaleza, por ello no basta con matar para vivir. En los humanos el conflicto ya no es comer, podemos morir de obesidad y pensar que estamos siendo estafados y morir de hambre en el más absoluto silencio. El conflicto nace por el erotismo que desprende el poder. La misma luz que se enciende en el depredador cuando captura, se enciende en la mente del triunfador cuando obtiene el control del gobierno. Sobre esa premisa emergen las diferentes miradas sobre la jefatura y la pugna a muerte para conseguirla.


La política como las normas son necesarias, necesitamos gobierno y normas respetables. El poder político, para no corromperse, ha de estar como el aire en el bosque, lo más repartido posible. Toda concentración de poder es cancerosa y conlleva la enfermedad del sistema como el “bloom” en el fitoplancton. Las normas, para ser respetadas, han de ser equitativas y aplicadas con lealtad, de lo contrario siempre nacerá aquel que subvierte la norma. El que rompe la norma sin consenso y consigue el poder, es muy probable que el sistema que imponga nazca corrompido…


¿Porqué la búsqueda incesante del poder absoluto?


Nadie lo reconocerá porque nadie desea saberlo, es una tendencia humana que alimentan los ambiciosos, una cruzada que tiene puertas seductoras, marcas misteriosas, postigos de asombro. Es una cuestión de sentimientos que se amasan con intenciones e intereses y, también, una cuestión de fe. Es una religión sin nombre aliñada con una suma de palabras ensoñadoras que llevan el ánimo hacia un objetivo heroico.


Nos encontramos religados a nuestros apegos y estos al lugar de nacimiento, al color de la piel, la lengua, la etnia, el club de fútbol, los cromosomas... a cualquier cosa que pueda argumentarse como ser diferente. Hay que pertenecer al grupo que argumenta su raíz clavada en el origen del mundo, ellos son los elegidos, los primeros hijos del creador, los más justos, los que tienen derechos que otros no pueden disfrutar, ¿hay igualdades asimétricas!... todo ese entramado enfermo configura la patología del camino del poder.


Cada grupo se cree escogido por una causa justa e invencible y busca el poder absoluto para quedar redimido, cuando lo consigue se convierte en un déspota, un tirano que recurre a todo para mantenerse en el poder. Entonces el “pueblo” se da cuenta del error, ¡no era el camino y tiene que volver a empezar! Las madres que dieron sus hijos por la “causa” han de volver a parir, a sacrificar nuevas vidas. Son las que demanda el nuevo profeta, el patriota salvador del nuevo devenir… En la implantación del nuevo estado la quimera es permanente, detrás de una cabeza hay otra, se cercena y sale otra y otra...


Hoy Fénix ha brotado limpio en el cielo, su luz era cegadora como la de los tiranos; él nos impone su ley y su carta magna es indiscutible.

miércoles, 26 de agosto de 2009

La discordia

Siembro cizaña desde el alba. 26-8-09


Los escenarios que presenta Fénix aparecen como alejados de los conflictos humanos, no hay otro dolor o placer que el que nace de la propia leyenda y de su recreación sobre el fondo apasionante del sol. ¡No es cierto! Todos los problemas que genera la fricción de vivir, son motivos que sufre y experimenta en propia piel Fénix o la ciudad del sol.


Sembrar discordia es un acto complejo que también se puede ritualizar. Lo vemos cada día, hay políticos que sólo saben sembrar discordia, nunca plantan una albahaca. Si mañana sale alguno plantando una, pensad que lo hace con una conducta quimérica, su interés es hacerse la foto y medrar. Pero la conducta quimérica no es sólo de los políticos, hay personas que podrían ser felices y no alimentan otra cosa que el monstruo de siete cabezas, lo curioso de la situación es que se sienten investidos de razón.


En la base de la discordia está el asiento del poder, el dominio sobre el otro. La muerte, el dolor y su desencadenante, el miedo. Las razones se cultivan, se crean, se inventan, se reconstruyen; también son las semillas del mal. La inseguridad, el desamor, la derrota de la vida, la ambición, la frustración… todo eso configura la base de la discordia. Fomentarla es trabajar en colaboración con ella y aumentar las dosis de dolor, pero eso a veces no importa, podemos y queremos vivir en el dolor si eso genera la ilusión de que estamos "ganado la guerra".


La muerte es una fuente de riqueza incalculable, el muerto deja los bienes en la tierra y, en el peor de los casos, siempre resultan despojos para los vivos. Por tanto, todo se puede ritualizar, la discordia, la victoria, la muerte, la vida. Todas las celebraciones de los vencedores conlleva dolor en los vencidos y son fruto que crece en la tierra, levadura para las futuras discordias.


¿Quién siembra la discordia como semillas del mal? En los ensayos de la vida entran todos los caminos posibles, entre ellos, desgarrar al enemigo. Quién es el enemigo…el otro, siempre hay otro. Normalmente las personas no ocupamos el tiempo en escribir jácaras, salmos, o cunanas, lo dedicamos a crear estrategias para sopesar el beneficio y el esfuerzo empleado, a eso le llamamos “inteligencia”. Parece ser que medimos la inteligencia por los resultados obtenidos, no por las aportaciones al conocimiento. Los resultados casi siempre están en manos peregrinas, los que mejor se mueven por los senderos del éxito son aquellos que caminan con el manual en la mano. En algunos casos los colores de la aurora saltan a la cara por compartir espacio con estrellas tan rutilantes.


De la discordia siempre se espera sacar beneficios. !A veces se obtienen excelentes cosechas…! En otras se pierde todo, así es el juego de vivir; muerdes o te devoran. Es normal, la vida no entiende el principio del bien y del mal, entiende de vivir... Como una pitón, sin masticar siquiera, engullimos a los vencidos. Se siembra la discordia porque es la manera más rápida de llenar la hacienda; somos depredadores inteligentes, no arcángeles que ahuyentamos las sombras en beneficio de la luz. Además, los que siembran cizaña, no albahaca, se las arreglan para tener a salvo el beneficio. Siempre se puede argumentar que son héroes en el exilio…

martes, 25 de agosto de 2009

El camino, una reflexión abierta

El camino. 25.8.09

Los pies, como el espíritu, pueden estar en quietud eternamente, pero están hechos para sentir, amar, llorar, andar, correr, y multiplicarse. Atraviesan un paisaje reflejado en la mente, de auto-referencia y, como las olas, transitan y hacen los atajos que son también líneas sinuosas, trayectos personales. En el camino se hace la mirada y los ojos proyectan luz al viaje; son las experiencias del trayecto vivido que se expresan y ayudan a seguir. El camino nos hace, ¡somos el camino!

Hildegarda de Binsen escribió Scivias,  (Conoce los caminos del Señor) y Antonio Machado proporcionó una versión poética del camino de la vida, recreó magistralmente la idea del camino como el resultado del andar, la senda que se ha de hacer y acumular experiencia. También de cómo cada persona se construye así mismo en cada paso que avanza, así determina el flujo temporal que tiene que quedar grabado, fijado en su memoria. Un tatuaje que presenta el destino como un libro asombroso, un relato que explica la historia de su vida, dibujada con el registro sutil del caminar.

Golpe a golpe
verso a verso
Caminante no hay camino
se hace camino al andar.

Verso a verso, el caminar es un acto poético. Golpe a golpe, es también una lucha heroica. Paso a paso, es una batalla que termina en la etapa final, cuando llegas a Ítaca.

El sol me ha dicho esta mañana.

– Las luces de la aurora son exhortaciones que inducen a caminar; todos los paisajes vividos quedan grabados en el rostro, las nubes cubren una parte del cielo, nunca queda todo al descubierto. –

Otros autores han trabajado el motivo del camino utilizando formas y lenguajes muy variados. Walter de Maria retiró todas las piedras de una franja del suelo en forma sendero recto para hacer un atajo en el desierto de la Nevada meridional, en los E.U.A. Gina Pane, hizo un camino de troncos para pasar por encima de la nieve, y Richard Long arrancó las flores de un prado para crear una franja en el suelo tejido de hierba. También, el mismo autor realizó una obra sobre el camino, anduvo arriba y abajo hasta hacer un atajo en la hierba, una senda sobre la piel vegetal que viste la tierra.
Quizá sea oportuno recordar uno de los relatos de Borges, él ha dejado un amplio repertorio de asombrosas paradojas.
En El hacedor, de J. L. Borges, se lee:

Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara.

El camino es un lecho de melancolía; el sol surca el cielo y nos sobrecoge, nace en oriente y muere en poniente, lo vemos así cada día. Parece que todo es igual, aburrido y mecánico en las cimbras del cielo. Nada más incierto, no hay ni un solo día que se presente igual ante nosotros. Sin contar los pequeños factores que modifican el fondo, la posición en el afelio, o en el perihelio de la tierra respecto al sol y el movimiento de nutación del eje de la tierra no lo hacen posible. Por si fuera poco, la tierra sigue el trayecto de una “elipse perturbada”, En el viaje de la tierra no hay ningún día igual en toda su historia.

Es una danza maravillosa que no tiene repeticiones, tiene pasos previsibles, !hace caminos nuevos constantemente!


Camí aire i alè, !és la vida!
Fem camí per les aurores
El vent ens acompaya
Apaivaga la soletat

lunes, 24 de agosto de 2009

Los pies y el camino.

Alcor, Benben y el nacimiento del sol. 24-8-09


El ser que busca las puertas del asombro, el que quiere saber e indaga en el lado oscuro, en lo no pensado, camina como Fénix por los campos umbríos del no saber. Navega por las estelas sutiles de las hipótesis y hace un sendero con su caminar por el cual llega a configurar un pensamiento acoplado a las vivencias del mundo. Es una luz propia que se ha formulado en él, una luz que después se desprende en la línea virtual del horizonte.

Siempre ocupado entre aquello desconocido y la frontera de lo pensado, el ser inquieto, el que quiere saber, mete las manos en el limo y extrae pepitas de oro, o bien, ¡cunanas para los niños!


Una de la preguntas que destila el alba es; qué cambios de luz tendré en unos minutos…!es una incógnita!


La tierra, la luz desconocida llama a los intrépidos, les atrae por el misterio que desprende; allí, donde la incertidumbre es el paisaje natural del alma humana, se abre para ellos la puerta del saber. En esta situación se halla el buscador y hace camino en su permanente indagar. En esa actividad toma conciencia de los efectos que causa en él la realidad insoslayable del trayecto. Ésta es la idea de la obra de Fénix, una imagen metafórica sencilla que abarca cierta complejidad.


Ahora estoy en la aventura más asombrosa que jamás he experimentado, describir los paisajes de la muerte. Son cantos que me dictan las resonancias de la mañana y que me comunican levemente los instrumentos con las luces del alba.


La escultura Alcor II, el columbario de la saga de los Fénix, es un testimonio del viaje. Quiere presentar y hacer reflexionar sobre el tiempo, el nacimiento, la muerte y la condición humana. También sobre como los paisajes vividos, el trayecto recorrido, construye la vida, el pensamiento y la historia. Al final, "ya de vuelta, en el renacer, o en el nacer del hijo", una luz tenue, de conciencia turbada le asombra, mira a su alrededor y encuentra el hogar calcinado. Espera un segundo y se da cuenta de que es la respuesta presentida.


¡La reencarnación era una ilusión!


Como dejé presente en la escultura de la Universidad de Barcelona, somos aliento en el camino, al final quedamos fundidos en el aire…


¿Puede ser que seamos sólo aliento entre los velos temblorosos del aire? ¿Un faro en la lejanía que se apaga y queda disuelto en la nada...? Fénix así lo presenta, sólo existe la posibilidad de la reencarnación en el hijo. Pero el hijo puede ser el destructor de su memoria, no hay alma resucitada, hay itinerario en la vida y en la muerte, pero las contingencias desaparecen en cada uno de nosotros y en los trayectos recorridos.


La Ítaca esperada, la Icaria soñada, ha estado viva en el viaje y el hecho de andar y hacer caminos para encontrarla ha merecido la pena. Fénix o la ciudad del sol está siendo un viaje extraordinario sin moverme del lugar, ¡un gran viaje! Ahora Fénix me dicta los salmos, los pies peregrinan por los escenarios de la mente y el resplandor del sol me ofrece un fondo sin igual cada día. El patrimonio experimental que todo ello va dejando es el testimonio de mi existencia. Observo como una vivencia interior enriquece los días y el regalo estético que la naturaleza me ofrece, colma sobradamente los esfuerzos empleados.


Al despuntar el alba se abre una nueva puerta, siempre diferente…


Al final del trayecto igual no queda nada, o puede ser que contemple alguna cosa valiosa. Igual todo queda en Alcor II, en el Huevo de las cunanas, o en un tubo de cobre con un testamento escrito en El pozo del dolor. Siempre es así el viaje de la vida, una pregunta cerrada, una campana de plata que resuena entre las fisuras del aire.


¡Una ventana de asombro que se cierra súbitamente!

domingo, 23 de agosto de 2009

El viaje


Elevo los brazos y te escucho, ahora lo necesito; el camino se ha hecho un pedregal difícil. Para oírte tengo los pies sobre el especulo; !por los pies entra la luz que tú le ofreces! 23-8-09

El aliento vital, la vida, el espíritu, es aire perfumado o putrefacto que tomamos en el camino. Aquello que hacemos, nuestros pensamientos, es la obra al final del trayecto. Somos lo que hacemos, no lo que decimos y queremos ser.

Cada día estás más cerca, eres el relog del los tiempos. 23-8-09
Fénix o la Ciudad del sol
se ha de entender como un relato de ficción que transforma el pensamiento, también como un episodio que sólo transcurre en la mente, un gran viaje de iniciación y una aventura sin moverse del lugar... El oficiante, es decir yo, presenta una simbiosis posible entre el éxodo como forma de renacer y la voluntad como forma de transformarse. En definitiva, se trata de experimentar un trayecto vital y esperanzador que ha de marcar nuevos tramos en el camino de la existencia.

Recurrir al mito como recurso literario ha sido una solución para entrar y salir de la vida y de la muerte y poderlo hacer desde un paradigma actual; a su vez, presentar el lenguaje de la naturaleza como el escenario donde crece, vive y se desarrolla la realidad estética. El viaje, la experiencia conseguida, es lo que ha de definirme después como individuo al desplegarse en la vida el trayecto espiritual recorrido. Las jácaras describen el viaje a la ciudad del sol donde se utilizan expresiones cargadas de dolor, corage y esperanza y pasan por escenarios naturales de gran belleza. Los salmos relatan el viaje de regreso a la materia, las antífonas la experiencia en la venida a la vida y el gozo del descubrimiento del fermento del mundo y las
cunanas el canto que adiestra la mente de un niño. Estos capítulos están todavía en la primera fase de elaboración.
El camino como idea ha sido un tema recurrido, Kim de Rudyard Kipling, es un buen ejemplo. El camino de la vida, la carretera que atraviesa la India, configura la experiencia más extraordinaria en la formación de un niño, !es su vida! La fase final y el encuentro de la fuente de la vida, es de un poder evocador inagotable. El poeta Kavafis en Ítaca presenta el gozo del camino como el transitar de la vida y la llegada al destino, a Ítaca, como el final de la misma. Este recurso metafórico, el camino, no es nuevo ni lo será nunca, los poemas homéricos, La Odisea, y On the Road, la novela que el célebre escritor norteamericano Jack Kerouac (1922-1969), son un buen ejemplo.
Cada persona experimenta el recorrido de la vida con especial fruición, es como un paisaje que atravesamos en una sola dirección, una singladura única y extraordinaria. De hecho, el hombre siempre está bordeado por las circunstancias de su trayecto, a cuyo final, con dolor o con placer, se acerca inexorablemente. De repente, un buen día descubre su destino y aunque busque nuevas direcciones, ve que ya ha realizado el trayecto; allí quedará prisionero de sus incertidumbres y limitaciones, varado entre las sombras del alba. Ya no le quedarán fuerzas para seguir, !el viaje ha terminado!
El destino siempre es dibujado entre el azar y el itinerario que escogemos y, al fin, hacemos camino con la luz de nuestro pensamiento y con la energía personal que disponemos. Construimos la mirada del mundo con la experiencia del trayecto, en realidad ésta es la fortuna que nos corresponde y el dolor que cosechamos. La vida es una ofrenda llena de caminos y cada persona escoge, casi siempre al azar, aquél que cree más oportuno. En ocasiones, el destino nos cae encima como una herencia insoslayable.
Al final, sólo hay un camino personal, observado, sentido, disfrutado, ¡orlado de dolor!

sábado, 22 de agosto de 2009

Sembrar trigo honra la humanidad

Siembro cenizas como semillas de trigo. 22-8-09


Algunos días desde lo alto de Alcor, extiendo en el aire las cenizas de Fénix. Es una representación, no hay cenizas, hay restos minerales y vegetales que ha traído el tiempo. Los tomo del suelo y los lanzo al aire, igual que sembraba mi padre los campos de trigo. Pienso que la materia es dadora de vida, se da en procesos complejos pero se pueden ritualizar de manera sencilla.

Se trata de comprimir el saber en un acto humilde, plantar una semilla para que nazca un hijo - hija, joven, fuerte y dipuesta a reproducirse. La tierra es una matriz fértil que opera así cada día; ritualizarlo es intentar comprender la complejidad. Sembrar semillas, trigo, arroz…es una de las actividades que honran a la humanidad.


El sol nos alimenta, el es el dador de vida; utiliza a las cianobacterias, las algas verde azules para esta función, las plantas también. El fitoplancton es la fuente verde que transforma la luz en nutrientes y en oxígeno. El plancton forma la base de la cadena alimentaría, de ahí se nutre un caudal abundante pero limitado de seres vivos. En algunos casos su florecimiento en exceso crea el bloom, el sistema se colapsa y produce toxicidad y muerte. Millones de años en un acto sencillo, vivir y morir para crear un lecho natural donde la vida se pueda dar en equilibrio y en una simbiosis permanente.


La energía del sol ha sido la creadora de la vida porque la tierra se hizo una matriz fértil y ha sido así ya que ha sido posible... La presencia de la muerte es parte de la condición de vivir, es también la sombra de la quimera, tenemos miedo ya que somos criaturas en el primer bostezo, yo las ahuyento cada mañana con las cornaleras, desde entonces están en su lugar calmadas. Así lo quiero pensar y así lo escribo. Pensar todo eso me tranquiliza; espero que a vosotros también…

viernes, 21 de agosto de 2009

Una mentira se ha subido al pedestal.

Respiro los rayos del sol, su luz me atraviesa. 21-8-09

Ensayo el primer vuelo y siento la dulce melodía de las cunanas. 21-8-09


Hoy actúo sobre Tanina, pero quiero hablar de Alcor. Era una piedra a la deriva, ahora está centrada y tiene un hogar. Cuando termine el trabajo la colocaré junto a Alcor II, el columbario de la saga Fénix. Era una piedra rodante, invisible, quizá un meteorito vagando sin rumbo a la espera de hallarme. Quizá en alguna ocasión se encontró con el astronauta que vaga como él, errante; el hombre ingrávido que reflexiona sobre la nada y orbita sin cesar. A él ya no le afectan las llamadas de las campanas, vive en el espacio sin referentes y como Fénix padre, viaja y no siente nada, sólo piensa...


Si tenéis ocasión, leed Los diálogo del astronauta, es una alberca de soledad que se derrama. Están escritos, pero todavía no están publicados, no obstante podéis leerlos entre los mantos del cielo. ¡Son una pasada! Imaginad a un ser que piensa perspicazmente y orbita en la eternidad a la velocidad de la luz. Él es realmente el que no tiene nombre… !pronuncia palabras inaudibles a los oídos de los hombres!


Como puedo mantener los pies firmes y no perderme en mil desvaríos, un pedestal de roca me hace de tribuna, hoy lo es todo, ¡es para mi el origen del mundo! Una roca bajo los pies me asegura también que, fuera de ella, todo es un sueño. Alcor es la garantía de que he estado aquí..., charlando con vosotros. La piedra en la que me sustento es una muestra congelada, fría del “big bang”, la explosión del átomo primigenio.


Me dice Fénix difunto.

–Yo replico una voz que emerge del barro, un gusano transparente y encogido entre océanos y caldos de aceite, una llamada al retorno a la vida–.

Continúa despues y dice entre borucas de grillos...

–Soy el huevo del génesis encima de Benben y empiezo a sentir las dulces melodias de las cunanas. !añoro volver a la vida!–.


Quizá yo también estoy encima del “Benben”, la piedra del origen en la que Fénix puso el huevo de la creación y la muerte. ¿Quizá yo también empiezo a sentir el canto adormecido de la cunanas y espero un hijo?

Alcor puede que lo sea; ¿porqué no?

Para qué preocuparse, todas las piedras son hijas del átomo primigenio, yo también.

Miles de años y seguimos encima de una piedra rodante, ¡la tierra también lo es!


Nada puede pasar que no sea fruto del sueño... y si es así, sueño, los planos aterradores que me presenta la vida son mentira, pero, ¡qué digo!, si lo terrorífico es mentira, también es mentira los baños de amor. Luego leo en el cielo cada día, todo es mentira, ¡mentira y mentira! Hoy lo podemos afirmar más que nunca, era de esperar la buena nueva. ¡Epifanía de la mentira! Ahora no caen llamaradas del cielo, caen serpentinas bordadas con mentiras.


Vemos el mundo con los matices que nos viene bien verlo y cualquier otra realidad decimos que es una manipulación, una mentira, ¡un señuelo que hace “el enemigo” para liarnos! Qué o quién hace esta maravilla de ingeniería social en nuestra cabecita de soñadores, ¡de chorlitos delirantes! Quiénes son los enemigos y como sabemos cuales son amigos. Yo tengo amigos que con muchos como ellos no sería necesário nada para ser exterminado. Que es lo que nos reafirma en nuestra mentira y nos viene bien verlo como lo vemos, y quién ha puesto la preferencias en nuestra mente, ¿quién es el ventrílocuo que habla por nuestra boca?


Pronto vendrán las próximas decisiones…


¡Ay amor, buenos días! sólo tú eres fiel en el cielo…; tu mano es implacable…

jueves, 20 de agosto de 2009

Espantar las sombras con un palo

Ahuyento las sombras arrojándoles piedras. (El martillo) 20-8-09

Tu eres el que ahuyenta las tinieblas; le digo mientras amenazo a las sombras con la cornalera bífida. 20-8-09

Aunque ya he explicado algunas cosas de las acciones: Ciclo, Ca20, ahora voy a describir la función de los artefactos. No todos, sólo los que son más eficaces para relatar los salmos y darle curso a la nueva identidad de Fénix.

Yo soy escultor y en los avatares del trabajo he dejado jirones importantes de mi cuerpo; la espalda mal herida, el corazón con la necrosis de un infarto duro, tengo acúfenos crónicos, (Siento una faena interior, como un espita de gas permanente) y un dedo tullido que me espanta mirarlo. Con todo ello he de sentir y describir los salmos, los cantos misteriosos que desprende el alba.

Los primeros minutos los dedico a preparar el equipo y ahuyentar las tinieblas. Tomo un palo ganchudo, parecido a una cornalera y lo elevo todo lo que puedo, lo hago girar a derecha y izquierda, lo agito de un lado para otro con movimientos rápidos. Los cuernos son defensas y armas de ataque, así se dota la naturaleza para el combate de vivir. Con estos actos cualquiera huiría de espanto, las sombras también. Es un señuelo para las oscuridades, un simulacro que me ayuda a sentirme partícipe de las contingencias; ¡seguro que tengo algo que ver en los cambios!

Las sombras están unidas a la luz, viajan de la mano, es un hecho común. Así que la tinieblas las ahuyenta la luz, yo no soy nada, menos que un grano de mijo, una interferencia que crea un remolino diminuto entre las nubes. Ahora, eso sí, yo soy el que interpreta la historia, el que redacta los partes del día y en él, puedo muy bien ahuyentar las tinieblas; ¡no faltaría más! Todo el mundo se crece en su palco al contemplar la historia…se hace su pedestal; ¡yo no soy menos!

¡Nada!, nada, no soy nada, pero me divierte pensar que las sombras son como animalillos asustados que corren por las torrenteras, una y otra vez trepo a la piedra con el palo o con una piedra, espero amenazante la luz de sol pero a ella le digo; ¡buenos días amor, buenos días!

Al sol le temo, el me produce heridas en las pupilas cada día. Después de las acciones, voy deslumbrado, colocado durante horas, visionando motitas negras y otras cosas; !realmente es un baño interior!

En realidad no es a la luz a la que quiero ofender, es a la sombra. Siempre es a ella pero cuando la luz viene ella ya ha marchado lejos, ha traspasado los límites del horizonte posterior, huye por las sierras de La Musara. Aprovecho los primeros instantes, las luces sinuosas del amanecer, es cuando la cámara me permite disparar a velocidades lentas y captar el movimiento de las manos, procuro que sólo sea el palo el que se mueve, yo he de permanecer quieto aunque en ocasiones también me muevo. Todo es desplazado, interferido por el azar, por los juegos incomprensibles de la luz, por las visiones de mi mente alucinada que busca las puertas del misterio y encuentra la ventana del asombro.

Últimamente me pongo en posición de lanzador de piedras, ensayo el movimiento y las lanzo lo más lejos posible; realmente intento imitar el movimiento del discóbolo. Como Tanina es pequeña, en su lugar me sale la posición que ensayábamos en la mili, primero para lanzar piedras, después para arrojar granadas en el campo de tiro de San Gregorio… ¿? Hoy está en llamas, parece mentira, allí solo Vivían los matojos, ahora volverá a empezar como Fénix.

miércoles, 19 de agosto de 2009

El aliento es la vida

Limpio caminas en tu viaje. !Buenos días amor, buenos días! 19-8-09

La muerte está con nosotros como una magnífica compañera, ella viste los mejores vestidos de gala, las hojas de primavera le sirven y las de otoño también. Las lluvias y los vientos, la tierra húmeda, el macizo rocoso y la mancha en la pared. Le sirve el vuelo de un pájaro y la piedra dura que se rompe con el golpe de un martillo, todo está al servicio de las parcas. Su canto solloza el trinar de la alondra y también el ruiseñor. ¡las orquídeas sollozan su canto! El aliento es la vida, sin él todo fenece. Ahora canta...

Yo soy el creador de los mantos de la aurora; ahora canturreo en el éxodo, peregrino el más asombroso de todos los viajes. Voy hacia atrás; es el retorno que me enlaza con el momento inicial, vuelvo al comienzo, al origen de todas las cosas.
Camino
el trayecto de la luz con pasos reconocibles.
Cabalgo de cara al pasado, sobre la montura de ondas y cuantos voy...; !son partículas caprichosas, uniones invisibles...!

La presencia de la muerte es falta de aliento y alguna cosa más, todo se paraliza en aquel que deja de ser y, a su vez, todo continua; ¡es asombroso! En algunos casos la muerte es sutil y se desgrana como una sombra; son presencias furtivas del aire que se escapan por la boca a cada instante. Así como vivimos vamos muriendo lentamente.

La apariencia de la muerte dormita en la disolución de las formas, la perdida de registros en la memoria, la disminución del estado vital y numinoso del alma. En ella se pierden los rastros de la identidad, todos vamos al espacio vacío de la materia; tras una mancha oscura quedamos disueltos.
La muerte es ausencia de luz, la cueva es su hábitat, está presente como una azafata solitaria y el agujero en la montaña perfila su carácter de eternidad, la muerte nos lleva al viaje de regreso a la tierra, a la noche oscura. La oscuridad no es un valor negativo, sólo es que los ojos se han apagado y el cerebro se ha colapsado y el ser ya no cuenta para nada.

La estética de la muerte ha sido y es en la cultura una presencia insoslayable, como un color en los ojos, una parte del repertorio de la vida. Pensamos hora que hay temas que no se han de tratar en la vida cotidiana, son de mal gusto. La estética ha optado por una escatología en la expresión formal, no en el contenido.
La sociedad del vacío nos dice que tenemos que dejar atrás el dolor, el miedo, la muerte, ya no hace falta conocerla por la morbosidad que despierta, hay que maquillarla, hacerla fiesta y olvidarla rápidamente, o bien, hacer de ella un espectáculo dramático o jocoso. Los cadáveres van en aumento en los medios, se fragmentan como cascotes de vidrio pero no hay reflexión ni sufrimiento.

Despojada de tratamiento simbólico, la encontramos en la persistencia de la guerra, en la presencia salvaje de la vida cotidiana; aquí nos parece demasiado clara la intención y aparece vacía de misterio y de sentido. La muerte está presente en las catástrofes, los conflictos, las películas y reportajes... En la televisión, el cine y la prensa escrita tiene una protagonismo insoslayable, familiar e intranscendente.

Una ventana en la roca para respirar el aire que emana el devenir, sin filtros ni espectáculo, ese es el hueco de las emisiones de la materia, hálito misterioso que regresa a la vida. Un agujero, un hoyo es como una matriz que recoge todas las iniciativas que produce la razón; aquí, en este espacio, los pensamientos se contraen al volumen de una molécula. La vida empieza de nuevo en La ciudad del sol, por sus corredores internos si filtra el ciclo de Ca 20. ! Todo vuelve a comenzar!

¡Qué inmenso es el océano verde sobre la tierra! Las imágenes mentales desaparecen y la respiración se confunde con el latido silencioso de la materia. En esta dimensión, qué lejos quedan los problemas estéticos, qué poco importante es que las acciones tengan alguna significación. El mundo no está hecho para ser comprendido, no hay nada que comprender dentro de un agujero, huir en él es la solución, como lo hace un animal de las corrientes fétidas del aire. Pero justamente por eso, porque no es el lugar para las investigaciones, es el espacio donde se destilan los instintos; estos hablan claro, con el timbre de las rocas. De aquí que yo pueda escuchar los salmos...

martes, 18 de agosto de 2009

El retrato de Albert Einstein

Tomo aliento con los ojos deslumbrados. ¡He de escuchar lo que me dices! 18-8-09

La escultura figurativa casi siempre tiene una carga emocional, nos reconocemos en ella al instante, ahora bien, con la nueva realidad y los sistemas de reproducción de las formas, en la mayoría de los casos carece de interés artístico. No puede hacerse ninguna reflexión que sea luz nueva a nuestro mundo. La fotografía y los museos de cera han dado el réquiem final a la figuración… Dicho esto vamos a darle énfasis a una escultura que podemos mirar y desglosar los contenidos de varias maneras. Si esta obra llegara a hacerse realmente sería una aportación considerable.

El cubito de hielo coloreado es ahora una escultura de Ron Mueck, - podríamos poner el ejemplo de una obra de Antoni Tàpies, pero es muy posible que Tàpies no tocara para nada el hielo, que hiciera una cruz con el dedo y diera por concluida la obra. En este caso no encontraríamos muchas diferencias con el caso anterior, el del agua santa.
Mueck realiza una obra valiosa por su precisión en la factura y por la fidelidad al motivo, un retrato de Albert Einstein. Su teoría de la relatividad me sirve ahora para presentaros estas anotaciones cargadas de humor y amor.

Ron Mueck coloca pelo natural a sus obras, vamos a dejar que en el retrato de Einstein, le ponga también. Mueck es un escultor hiperrealista, por tanto trabaja una variable del Pop. Uno de los retratos mas sorprendentes de Einstein es aquel que saca la lengua y tiene los ojos radiantes. (Seguro que cuando Mueck lea esto se pone a trabajar en la idea)

El retrato se exhibe lujurioso en la vitrina artefacto que describí anteriormente. El lugar de encuentro, La Comella Escultura Natura en Tarragona.

Los espectadores contemplan la perfección, el documento, la historia, la expresión del retrato y todos el valores añadidos, sentimientos, admiración, etc.

Un funcionario invisible pone en funcionamiento la máquina (artefacto), el hielo inicia su proceso de transformaciones y la ley de la entropía rompe todas las unidades del orden establecido en la obra.
Lentamente la imagen pierde su precisión. Por un momento parecía que la forma aguantaba, que era la misma y tenía voluntad de permanencia, pero la temperatura sigue subiendo y al final la escultura desaparece. Ahora es agua y la forma es una imagen en la memoria, un recuerdo. La materia ha sido indiferente a la imagen representada. Lo primero que se deshacen son las aristas más finas, después las mayores y al final todo es un charco de agua sucia con pelos dispersos que flotan.

Cuando era niño jugábamos a hacer vida, le arrancábamos un pelo con raíz a la cola del caballo y la depositábamos en un charca, a los dos días se movía como una serpiente. Aquellos eran mis primeros juegos con la naturaleza. También le poníamos una pajita en el culo a una mosca y esta volaba por el cielo como Fénix con aquella pluma excelsa.

Imaginen por un momento el pelo de Einstein flotando en el agua y culebreando como anguilas. Ya se que cuesta creer, pero es una posibilidad asombrosa.

El agua se hace vapor, se ausenta de la mirada incisiva de las personas que todavía buscan el rostro de Albert Einstein en la amorfa y liquida presencia del agua. Los ojos de los asistentes, ya no tienen lugar donde posarse, una brizna de realidad aparente donde detenerse, ahora ven anguilas diminutas y exclaman. ¡No hay nada que mirar en un charco de agua, sólo pelos culebreantes! ¡Realmente la escultura ha desaparecido!

Todos se marchan disgustados por la pérdida, por el interrogante abierto sobre lo efímero de la vida, absortos ante la ausencia de la obra, perplejos ante la extraña mutación. La acción les ha dejado una pregunta inquietante en la memoria y la escultura pasa así al estado de recuerdo. Ahora tan solo queda alguna fotografía hecha de manera furtiva y una señal en la memoria.

El espacio se vacía lentamente y al final solo queda una persona, con una mano en la frente y la cara de sombro. Se pasea dando vueltas en torno al artefacto y mira el charco de agua con atención.

¿Quién debe ser?

Se trata de un premio Nobel en física; Schrödinger, que mira la vitrina en silencio pero con cierta teatralidad. Seguramente se pregunta cuestiones que ya hemos hablado antes y piensa... –¿qué es lo que ha cambiado realmente? La materia es la misma y el pensamiento de A. Einstein es, en cierta manera, representado por la relación relativa entre masa y energía. Piensa también que la materia tiene un rostro según las circunstancias. En el caso que nos ocupa, son estas las que han cambiado y nos presenta una apariencia de realidad diferente de aquélla que era antes. Al final de todas sus reflexiones piensa que es ahora, más que nunca, el retrato de Einstein.

Para los ojos de un físico la materia es la misma y la visión del mundo interior no ha cambiado. Pero el físico también es un poeta y mira el hombre en su doble dimensión, la física y la espiritual. El pensamiento del científico está ahora presente en la vitrina con toda su complejidad, la máquina transformadora ha pasado de la representación de la imagen a la representación de su pensamiento.

Un funcionario hace que la máquina emita frío y el agua vuelve a helarse en la matriz de la vitrina artefacto y formar otra vez el retrato de hielo. Los pelos han quedado distribuidos al azar. El resultado es monstruoso pero el gesto es cómico, los ojos dilatados y la lengua provocadora y llena de pelos nos hace reír, es una metamorfosis paradójica.

La materia es así siempre, en continua y reveladora mutación… En el final de los tiempos, una zoología fantástica nos sucederá, no es despreciable, ¡es una esperanza!