martes, 13 de octubre de 2009

I Voz

Hablas tenue como un niño, casi no te oigo. 13-10-09



I Voz


¡Como el universo me expando como el universo!

Un graznido sigiloso me empuja las ruedas.

Una luz reverberarte me persigue en el crepúsculo.

El eco de mi voz llega al fondo y regresa

El viaje es largo, ¡quizá no volvamos avernos!


Nos separa el abismo de los tiempos.

Tu eres luz en los prados de primavera.

Yo soy fósil que desciende a las simas.

Todo es lejano y nos vemos cada día.

Los regresos son posibles los regresos.


¡La vida es fuente gozosa y triste la vida!

El barro se moldea en el soplo de la luna.

Sus manos mal forman golems terribles.

Los percibo como sombras fantasmales.

Los pierdo y al instante estoy con ellos.


Me sorprende la rapidez de los cambios.

La experiencia es continua, imparable.

Las fases me excitan las poleas mentales.

Paso de las luces prodigiosas y abismales.

A manglares oscuros y voraces en el cielo.


Es tan rápido el proceso de retorno.

Veo el girar las galaxias como peonzas.

Dislocadas ruedan y caen con gran estrépito.

En mi pequeñez las observo con asombro.

Sus cambios son terribles y misteriosos.


Como tú, estoy subido en una otero de roca.

Avisto paisajes extrañados, puertas de asombro.

El nacimiento de estrellas es mi pasatiempo.

Un canto enamorado dejo libre junto a ellas.

Mi resonancia les llena de ternura apasionada.


Me encuentro en el sitial de las equidistancias.

No tengo alma ni cuerpo para sustentarme.

Soy una partícula que conspira y cavila.

Mis razones tengo, son un misterio entubado.

¡Nadie ha de hacer nada con mis secretos!



Tu voz es leve como las marcas en el límite. 13-10-09

III Voz

Hablas como milanos de alba en celo.

Ni las neblinas pueden escucharte.

No puedo percibirte y me desvelo.

Mis relatos épicos no podré cantarte.

Así lanzo oídos y chinas por el cielo.