viernes, 20 de noviembre de 2009

El pozo del dolor II

Medito las palabras entre los resplandores del alba y los abismos de la desesperación. 20-11-09

El pozo del dolor II

Mis versos son palabras nutricias.
Se amparan entre semillas germinadas.
Los escribo sobre el agua, las describo.
Los guardo en la vaina, en el pozo del dolor.

Allí, cada ser queda atendido, vivo o muerto.
Dibujo en negativo uno a uno los nombres.
Los paisajes vividos se hacen presentes.
Dejo mis palabras licuadas entre el limo.

El canope con mis restos baja lentamente.
Una cámara de vídeo registra los instantes.
El invovoz toma nota como un escriba.
Es mi testimonio, ahora es para vosotros.

Me dispongo entre sabores amargos.
Me encuentro lejos de los placeres de la vida.
Intermediado por los principios del bien y del mal.
Siempre equidistante, vacío, indiferente.

Encontraré las aguas eternas encontraré.
Donde el río de ríos nace y se pierde en el olvido.
Los siglos caen lentamente como gotas de rocío.
Golpean las partículas, desprenden la luz del alba.

Allí, en el vientre de la vida dejo una semilla.
Algún día volveré a empezar en la aurora.
Es muy probable que no volvamos a vernos.
Sólo en el valor quedamos comprometidos.

Renuncié a ser luz de aurora para ser hombre.
¡Hoy dejo un relincho en las tinieblas!
Un abismo insondable se abre ente mi.
También os lo dejo; es principio de esperanza…