martes, 11 de agosto de 2009

Pensar o sentir

Respiro tu aliento, arrojo dolor. 11-8-09

Con gran esfuerzo respiro bocanadas de aliento; alma que retienes en los calabozos oscuros, la caja de los laberintos. Eres la piedra del cielo, el Benben del origen y en ti duerme el principio y el final de la vida, el placer y el dolor y las horas marchitas. Eres agua de la fuente de Castalia, tus gases enloquecen el pensamiento; alucinados derraman incertidumbre en el corazón de los hombres.

¡Hoy tu hablas por mi boca!

Alcor es materia como tú, ¡padre!, hoy te elevas como el polvo del Sáhel, te dilatas hacia el norte y el sur, eres el lienzo de las partículas de la muerte que se expande. Aliento mineral desgranado, yo lo respiro y ahora vive en mi, ¡empiezo a crecer! Hoy pasas por mi lado en forma de harina que viene de África, la tomo en las manos y la ingiero como las sales de la tierra. En un tubo de cobre las atesoro para mis hijos; es la ley de los ciclos que se expresa.

Mirar y ver todas las escalas de la materia, la forma y el contenido es situarse dentro de la realidad estética; respiramos y comemos materia, eso es todo... La piedra del cielo es un meteorito; como granos de arena la tierra está formada por aportaciones de las alturas…

El mundo es una campana donde resuena la verdad, el problema está en la interpretación de su voz. Como la forma del hielo y los contenidos que desprende, el objeto a observar puede ser una idea política, una fe religiosa, una “verdad social”. Cualquiera de ellas puede ser la causa de múltiples miradas y obcecaciones. Si no observamos las variables y contemplamos la relatividad de lo que vemos podemos quedar atrapados por los sentimientos y estos pueden estar confundidos y llevarnos sin darnos cuenta al pozo del dolor.

En la mayoría de las acciones humanas no hay pensamiento, hay sentimientos. En determinados casos el grupo pierde los referentes y es conducido ciegamente por los sentimientos. La mayoría de las veces las pasiones están saturadas de sombras proyectadas por la figura del líder, el mártir, el héroe, el relato, la tragedia, el mito, el agravio… todo ello mutado en odio al otro y dirigido hacia el desarrollo del imaginario colectivo.

La construcción del paraíso soñado, recreado, inventado, deseado, interesado… crece en el alma como crece la historia de Fénix. Todo es una invención. Si se dirige hacia la creación, en el mejor de los caos será fermento del alma humana y en el peor, será inofensiva. Por el contrario, si se dirige hacia la obtención de poder, la catástrofe se hace inevitable. La escultura de hielo, la idea acción, no es materia para ver la obra, “es causa para no ver”, la tragedia y la muerte es fruto de imaginar el paraíso en una tierra baldía.

No hay juicios, hay sentimientos formulados en la admiración y devoción a una causa, la cual emerge como un batolito por encima de todas las causas. Para esas personas es la particularidad que da sentido a la vida bajo el estigma de un proyecto social. Son los signos de identidad los que ensombrecen el pensamiento y no dejan ver realidades diferentes. Así que, aunque sean disparates, son signos de identidad y las barbaridades se justifican bajo el epíteto de “causa y destino”.

La mirada saludable en cualquier idea, religiosa, política, filosófica… es aquella que puede ver “agua santa” y al mismo tiempo hacer con ella un buen plato de garbanzos…

Pero Fénix es un relato que nace cada día, trabajo, pienso, invento, rectifico; !me está transformando lentamente!
!Con él hago otra realidad , pero no bendice la tierra!