miércoles, 12 de agosto de 2009

Los cambios

Absorbe la luz, la lleva a los ojos oscuros. 12-8-09

El Especulo era una piedra en el margen de un bancal, no había caído del cielo, no tenía nombre, ni rostro. Tampoco había servido de cabezal para algún Mesías, ni de sitial para un mendigo. Ahora es parte de una leyenda pagana y un objeto con un simbolismo valioso. Sirve para que el sol se mire en él, es un espejo paradójico. Está dispuesto para absorber la luz y llevarla a las cavernas oscuras, allí es donde el Fénix padre la toma para ver y describir los salmos. Es un arma lista para ser arrojada a la tinieblas y hacerlas desaparecer con sus inagotables reservas de energía. El Especulo refleja y absorbe la luz del mundo y algo muy importante, tiene el corazón limpio y luminoso…

Hoy me han visitados las parcas, una bandada de pájaros negros, (quizá cuervos) me han sobrevolado, casi me tocan las manos…; serpenteaban rozando a Alcor. Al verme han hecho un gesto rápido, un bucle en el aire; el sonido del batear de alas ha sido el salmo del día.

¡Un momento de temor! Los relatos y significados están disueltos en el espacio…

La forma del Especulo fue escogida minuciosamente, primero tuve otros; resultaban pesados y poco eficaces. Hacia falta una depresión en el centro para que los rayos de luz encontraran fácilmente el paso a los espacios internos. También una cierta redondez, tenía que igualarse a la forma del sol ya que, desde el nacimiento de Alcor, es su reflejo en la tierra. Había de ser manejable y firme prolongación de los brazos y manos. La forma era importante ya que tenía que responder fielmente a sus funciones, casi todas metafóricas.

Para explicar las variantes de la forma y sus límites, pondré algunos ejemplos más claros, el Especulo es ejemplar pero no sirve. La forma aparece en el fluir de la mirada; no vemos aquello que no queremos ver. Los millares de esculturas que se hicieron el siglo XIX, ahora nos dan cierta frialdad, son indiferentes y aburridas. En cambio puede entusiasmarnos un dibujo impreciso, dudoso y elemental de Cy Twombly, Antoni Tàpies o de Josep Beuys.

La mirada evoluciona con el pensamiento y da contenido a aquellas formas que nacen potencialmente de “nuestras ideas”.

Volvemos al ejemplo del agua descrito el día 10 del corriente. Si el hielo-escultura es de agua de río, el observador la mirará según las circunstancias. El interés cambiará si hace frío o calor, si está en el trópico y tiene sed o en el polo norte y está aterido de frío, etc. La mirada siempre actuará como si se tratara de una sustancia inanimada en función de las necesidades personales del momento. Son los sutiles filtros de las motivaciones los que muestran los matices de la realidad en cada instante.

De forma natural el agua pasa de hielo a vapor en miles de toneladas al día y los ojos no dan ningún significado al fenómeno, a no ser el iceberg o balsa de salvación de la película Rappanui, o el tubito de orín congelado que conservo; lo tomé de cuando le hicieron los análisis (quizá prueba de dopaje), al "Papa polaco"; eso fue en su estancia en Valencia.