martes, 15 de septiembre de 2009

Senda y sueño tras la muerte

Pensamientos ardientes del fundidor de los limbos. 15-9-09

La tierra está sedienta después del verano tórrido que hemos tenido; hoy amaneció lloviendo, el aire era denso, había que sustituir a los colores de la aurora.

El invovoz no ha podido hacer su trabajo comunicándose con los últimos resplandores que emiten los salmos, el límite está lejano y oculto tras densas nubes de vapor. Para recordar el día de la inmolación, ha tenido que estar en la tierra y quemar todo vestigio de duda, ¡hay que regresar a la vida!

El calor del fuego nos purifica, hoy quizá tenemos el cuadro de los presagios delante de los ojos. Su pensamiento se consume y espera el hogar eterno, no puede haber demora, las cenizas de Fénix han de ir a Alcor II.

El renacimiento en un estado nuevo es la esperanza, en ti la deposito...

El renacido surca seguro las cimbras del cielo. ¡Allí donde arde la zarza está!

Es un reclamo a las estrellas que hago para que recuerden la segunda ley de la termodinámica, ¡ahora hay que evitar la muerte!


–¡mañana seguiréis ardiendo como hoy lo hago yo…!–


La lluvia y los palitos de milenrama. 15-9-09


La realidad que paraliza la sangre es la muerte desde el sueño, un corto caminar hacia ella anuncia el despertar a una realidad mineral. La muerte gobierna con destreza desde el mismo centro de la vida. Ella nos lleva de la mano y sutilmente nos deja caer en el foso como ceniza del tiempo o como restos de vida exánime. Como los pétalos de las flores caen en primavera, así caen las vidas en derredor nuestro, lentamente como la lluvia apacible de otoño, se van, ¡nos dejan solos!


Cuando nos toca a nosotros cerramos los ojos a la luz del mundo y, fríos y graves, quedamos presentes como las piedras, totalmente deshabitados, vacíos de sensaciones y ausentes en el recuerdo. Minerales ligeros gravitando entre partículas, simulamos el giro de los astros movidos por la inercia y la memoria de soles menores.


¡Ya hemos llegado y aquí nos esperan unas largas y vacías vacaciones!

Los salmos de Fénix son un intento de reflexionar sobre los caminos que se abren tras la muerte. No hay método en las descripciones, no puede haberlo. En ningún organismo que se descompone puede haberlo, sólo hay conjeturas expuestas al azar…