domingo, 9 de agosto de 2009

Ciclos y procesos

Percutir Alcor hasta sentir tu voz. 9-8-09

En la materia encontramos la sustancia de lo que somos, el comportamiento regenerador, la evolución y acoplamiento al medio, la búsqueda de variedad y el retorno al inicio. Ciclos y procesos que nos muestran la pertenencia a un universo enlazado, religado en sus mecanismos y en su destino.
El tiempo ha dejado implícito el mensaje de todos los pasos que ha dado hasta devenirse en materia viva, en naturaleza inteligente, en sujeto sensible que busca las ventanas del asombro y piensa más allá de sus circunstancias.

Estos pensamientos me dicen que hay varias hipótesis para afrontar el tema de la escultura concepto y más concretamente el proceso de transformación en la vida. En el caso de Fénix o la ciudad del sol la cuestión es compleja pero tiene un gran potencial poético. Se trata de presentar el ciclo completo de la vida y la muerte, su paso por el largo período material y la vuelta a la vida en el nuevo Fénix.
Para ello estoy escribiendo los salmos, ahora he de crear el marco ideológico para que sus metáforas sean entendidas en el contexto que yo quiero que se entiendan.

La materia no es ajena a nuestras intenciones y pensamientos, somos parte de ella y sus procesos nos hablan de cómo es el mundo y como los vemos. Para tratar el tema de modo comprensible presentaré algunos ejemplos utilizando para la obra un material plástico y muy usual en mi trabajo, el agua y sus permutaciones. Ayer puse unos ejemplos… continúo pues con los espejos deformantes de la mirada.

La física: el hielo se presenta solo y puede independizarse de la forma. Es materia que desprecia toda forma ya que se presenta sin otro valor que el que ella dispone.

La ideológica: el hielo se presenta en forma de láminas en las cuales, J. L. Borges escribió el original manuscrito de El libro de arena. La materia es sólo un soporte, el valor esta sobrepuesto por la cultura.

Ciclos y procesos: el hielo se transforma en vapor, sus permutaciones no modifican su estructura atómica, cambia su rostro y repercusiones exteriores.

La representación: el hielo presenta la apariencia de una hoja de laurel. La forma queda mediatizada por el material y puede enriquecer los contenidos con las cualidades de la materia.
También podemos encontrar que la materia tenga el mismo color y textura que aquello que representa. En esta circunstancia la personalidad de la materia quedará subyugada a la forma.
La forma siempre será el resultado circunstancial de la apariencia y la materia, lo cual en algunas ocasiones se manifiesta con un altísimo valor para nosotros, pero en otras puede ser un juego de abalorios, un engaño, una trampa para seducir los ojos.

El valor espiritual: será para algunas personas si el hielo lo hacemos con agua que tenga un alto significado simbólico, por ejemplo, agua del Jodan, del Santuario de Lourdes; agua bendecida por S. Juan, o agua milagrosa del “Cachot”… Los que creen en esas cualidades, la diferencia con el agua común será indiscutible. El contenido espiritual se sobrepone a la materia y esta cualidad les viene dada por las ideas que proyectan sobre ella. Como decía antes, el valor del objeto ya está en la mente del observador y es ella la que proyecta todo el entramado de significaciones sobre el objeto.

Es lo que estoy haciendo sobre la cima de Alcor…; percutir con dos palitos y escuchar su canto cada mañana. De escuchar su voz inaudible han nacido las jácaras y ahora empiezan a cimbrar levemente los salmos...