jueves, 25 de junio de 2009

La ventana del asombro

Nacer de pensamientos oscuros. 25-6-09

Ayer estuve en Vinaroz, fuimos a la inauguración de la exposición de Sebastián Miralles, el escultor del aliento comedido, de la contención y los gestos amables. Con Sebastián tengo una gran amistad y varias afinidades, entre las más destacables, nacimos el mismo año, nos hemos hecho solos y luchamos para estar vivos. Presentaba un conjunto de obras solemnes, de buena factura y materiales que dialogan; celebran la oscuridad y el silencio. –Elogios a la sombra – diría Tanizaky, yo veo el material contraído, casi mudo, que nos lleva por el trayecto oscuro a la reverberación de la luz y a la fascinación. Si se crea complicidad, a la comunicación y al goce estético.
Un grupo de relieves descansaban sobre una línea de palabras, unos versos que dibujan el horizonte y acompañan las formas en un tono delicado, ¡casi marchito!
L’accent amb què dius les coses. El acento con que dices las cosas, era el título de la muestra.
El acento en la palabra, como el tono en la luz es la base misteriosa del discurso...
El tono había sido amortiguado en la palabra y aumentado en la escultura, era asombroso como al leer los versos, encontrabas las obras al paso y se establecía un espacio de silencio tenso, había que dar un paso atrás para contemplar la escultura y entrar en su discurso sin ser absorbido. La palabra es el lugar de encuentro, la obra el encuentro mismo.

Cada obra que retiene la mirada y la llena de incertidumbre por un instante, es una ventana de asombro. Este es un tema que me ocupa cada día a la salida del sol. Celebro el contenido de la muestra, el tono de las palabras y el encuentro entre amigos. Continuo dando ánimos a Sebastián y al hacerlo me animo; ¡esta es una profesión de exploradores y resistentes…!


Piedra sola y ventana del asombro

La ventana del asombro es un proyecto pensado para el Jardín de Esculturas de Real de Catorce. (Estado de San Luis Potosí, México). Es una obra que da continuidad al anteproyecto Piedra sola y forma parte de un grupo de obras realizadas en La Comella. Tarragona. Arquitecturas mínimas, Casas para el olvido, Capilla Turkana, No parlaré mai més, Escucha atentamente, Nsasi piensa entre lirios, Espacio para sentir el firme del suelo…
Los templos del alma son pequeñas arquitecturas que presentan el enigma y ocultan los paisajes de la mente. Son canopes para guardar nuestras incertidumbres y pensamientos, pero, sobre todo, las arquitecturas mínimas son una licencia que me he tomado para reflexionar y sentir la materia; la piedra, la tierra, el agua, el aire, etc. en el espacio donde antes presentaba, mejor dicho, ocultaba las reflexiones.
Piedra sola es una realidad virtual que aguarda ser objetivada, quizá cuando acabe el trabajo de Fénix decida que Alcor, la piedra que me hace de soporte, sea la piedra sola.

Nota después de un año. He construido un estanque para que Alcor se presente flotando sobre las aguas...