martes, 16 de junio de 2009

!Buenos días amor, buenos días! 16-6-09

Aclaraciones conceptuales sobre Fénix

Hoy el cielo ha sido transparente, claro y generoso. Entre susurros me he dicho… –todo lo que ves en el cielo esta ahí porque es posible, lo difícil es saber lo que ves…–
Entonces he hablado como ausente, ahora en voz alta, –antes de continuar con tus “acciones” has de hacer alguna aclaración sobre lo que haces, de lo contrario puedes crear mucha confusión dentro de las ya confundidas mentes humanas –
Así que hoy voy ha intentar dejar algunas cosas en su lugar, quizá le quite misterio al trabajo pero mi intención es darle el que yo percibo cada mañana. Si lo consigo, será un servicio útil, sino, será un intento de hacerme, de iluminar los ojos que me acompañan.
El ritual que cada día le dedico a Fénix no tiene ninguna dirección religiosa establecida y si tiene alguna connotación es debido a que las religiones han tomado de la naturaleza lo mismo que yo para hacer escultura o expresarme en cualquier otro soporte. Yo actúo como un estudioso de los secretos del mundo, observo el lenguaje de la naturaleza y lo incorporo a mi patrimonio personal, actúo dentro del marco de “La nueva alianza” que presentó Ilya Prigogine.
Todo es sencillo dentro de la urna de complejidades, basta ver el hilo de los cambios y aceptarlos como son. En ningún caso pretendo hacer uso de mis observaciones para beneficiarme ni hacer un nido de acólitos. La alianza en La Comella es un compromiso doloroso, un esfuerzo físico considerable que me deja agotado, pero deseo ayudar a que la vida se de aquí en condiciones favorables y unirme a sus procesos de manera consciente. No deseo otra cosa que la de encontrarme en los engranajes sutiles del devenir y dejarme ir en el trayecto descubriendo los paisajes del camino trazado. Soy un agente activo que administra la vida y la muerte con la responsabilidad que me es dada; ¡nada me es ajeno!
En otro tiempo, a éstos personajes se les llamaba demiurgos, chamanes, brujos, etc… sus invocaciones tenían un cierto poder; sobre todo en las creencias de la comunidad donde actuaban. Yo estoy solo y el poder lo ejerzo sobre mi, si alguien encuentra alguna cosa útil, se la doy y le aconsejo que haga el mismo camino que he realizado yo, que observe el aleteo del mundo y crezca con él.
Mis pesquisas llevan mas treinta años en marcha y confieso que no siempre han estado en su lugar. En los últimos años, con la restauración de la Comella, el trabajo ha tomado un sesgo más preciso; la naturaleza y el universo que la soporta es la base de mi enfoque conceptual. El mundo es un envoltorio sorprendente que nos invita ha revelar su contenido. Ahí me encuentro atrapado y asombrado, soy feliz en esa circunstancia tan llena de incertidumbre y me esfuerzo en comprender lo siguiente.

• El misterio que desprende el mundo al revelarse, realidad que queda oculta en su eterna presencia y a su vez en sus rápidas transformaciones.
• La fascinación que causa su belleza y grandiosidad. El asombro que origina el perfil del devenir en la antesala de los cambios.
• Lo terrible que resultan sus efectos. De ahí, la conciencia del dolor, el miedo amenazante, especialmente la muerte y la incertidumbre en la existencia.

Es tan grande el espectáculo del universo, tan abrumadora su presencia, que hemos tenido que crear una realidad a medida, una obra a nuestra comprensión para soportarlo, para digerirlo y entenderlo. Con todo ello hemos hecho un universo de palabras, de fotografías, de pinturas, de creencias y teorías para hacer soportable su grandiosidad, para mitigar el poder terrible que establece sobre nosotros. Todo esto que escribo no nos aclara nada, no soluciona ningún nivel de perplejidad, ¡no es nada! Son cuatro palabras para describir lo que pende sobre mi cabeza cada día a la salida del sol, ¡no se como puedo soportarlo! Bueno, intuyo que si se, en el fondo es una representación más, un intento más de ver el mundo encima de una piedra.
Ahora aclaro la intención del texto. No estoy haciendo teatro, ¡que quede este punto bien fijado! no es teatro ya que no hay entradas ni espectadores, ni aplausos, ni gloria ni guión, ni telón de fondo. ¡Solo yo ante la faz del mundo! En ocasiones me pongo a llorar, otras salto de alegría, una veces las nubes me acompañan con historias ya aprendidas, pero yo se que son trampas de mi mente. El cielo es indiferente a mi dolor, estoy solo bajo la inmensidad y todo el peso del universo cae sobre mi como la piedra que pende en Glíptica. Lo sorprendente de la experiencia de Fénix es que no me siento amenazado, me encuentro en un espacio neutro, entre la realidad y la representación. Nada es premeditado excepto los pasos que doy en el escenario, que es la piedra que me soporta. El resto, el fondo que forma el cielo, el espectáculo de colores, el fresco de la mañana, todo respira el aliento del origen del mundo. Yo soy consciente de ello y eso me llena de asombro y de temor, hoy me he puesto a temblar como un niño aterido de frío. La piedra que pende sobre mi se eleva, está equidistante, se presenta con actitud regia, hierática, serena y ausente. No amenaza con aplastarme, por eso le digo cada día… ¡Buenos días amor, buenos días…!
En ese instante no le temo. En la acción que le sigue dejo en libertad un instinto que no se cual es el origen. Yo si le amenazo, tomo un palo o una piedra y le amenazo. Es tal el furor que nace en mi que le puedo descargar un golpe en el rostro y eclipsarlo en un instante, él ha hecho nacer en mi una semilla de rebeldía. Nadie sabe las cosas que ha hecho, el también las ignora, en el fondo es una peonza tambaleante que gira en espiral, es un grano de mijo en el medio de una galaxia que hace nacer "criaturas" como el sol a cada instante. Cuando pienso esto encima de la piedra me arropo entre temores, me cubro de asombro, me inunda el misterio del mundo, y en ocasiones el terror paraliza mis actos por un instante, ¡tan sólo por un instante!. He de seguir el juego, la iniciación al saber. Quiero saber lo que nadie me puede explicar, sólo yo tengo ojos para ver el espectáculo que se despliega ante mi cada mañana...
No basta con saber los mecanismos del mundo, también tenemos que conocer su realidad estética, los efectos que causa en nuestro pensamiento, en nuestras emociones y en nuestros sentidos. Si el sol es un grano de mijo, ¿yo qué soy encima de esta piedra armado con un palo y en actitud amenazante? Esa es la pregunta que me llena de asombro, ¡es la pregunta de hoy…!