domingo, 4 de octubre de 2009

Traspaso

La cornalera danza como un pájaro y aleja las tinieblas. 4-10-09

Te llevo sobre la espalda; ¡no sé como puedo soportarlo! 4-10-09


Versículo III

Traspaso

Quedo en el aire entre restos calcinados.

Cenizas en el suelo y pétalos de crisantemos.

Huesos tronchados y una columna de humo.

Un baluarte lleno de presagios dispersos.


Mi cráneo ha quedado intacto y mira absorto.

Por un ojo se escapan jugos y pensamientos.

En la boca permanece una palabra prendida.

De su mutismo se desprenden estos salmos.


Una mueca burlesca, eso es lo que soy ahora.

Un hueso roído con un poco de médula.

Por ahí pasan algunas órdenes involuntarias.

Y el viento sisea por cavidades diminutas.


En las cuencas han hecho la suite dos gusanos.

Fornican sin temor a que les vea, ¡pasan de todo!

Son del 68, hacen el amor libre mejor que entonces.

Éramos jóvenes con la boca llena de palabras.


Con el cúbito derecho se entretienen bailando.

Los niños han hecho una flauta dulce y tocan.

Divertidos juegan y danzan en la plaza mayor.

La melodía les embruja las horas de ensueño.


A patadas llevan mi casco hasta el fondo foso.

El izquierdo luce la peineta de la dama roja.

Se pasea lujuriosa, una mazurca se cantonea.

Se frota conmigo los muslos y pierde el sentido.


La vida sigue sin cesar un instante la vida.

Las hormigas llenan los silos con mis restos.

Los gusanos toman un festín delicioso y zumban.

Van a reventar todos de un atracón imparable.


Un cuervo picotea la calavera un cuervo.

Percute el tambor con himnos de guerra.

Me excita las bóvedas con el seco retumbar.

Airoso me hace avanzar firme en la noche.


Las vértebras crujen, una a una se desgranan.

Se tronzan como placas de hielo se tronzan.

Mis caderas son balanzas de titanio y se acunan.

Giran dislocadas en todas las direcciones.


El fémur es un arma terrible, una cornalera.

Con ella ahuyento los saqueadores de tumbas.

Los dejo secos como el polvo los dejo secos.

Mis huesos crujen como témpanos mis huesos.


Con la tibia y el peroné percute los tambores.

Charlie Watts, el batería de piedras rodantes.

Hijos de Belcebú, simuladores y malandrinos.

Vuestros cantos son mis salmos dormidos…


Con los metatarsos hacen charadas los eremitas.

Con el sistema decimal los combinan pensativos.

Como palitos de milenrama los lanzan al aire.

Buscan atajos solitarios en los números primos.