domingo, 28 de febrero de 2010

El tiempo fermenta los pensamientos

El tiempo fermenta los pensamientos. 28-2-09


Cunana VII

Ció, aliento herido del alma
Mira bien la luz del cielo
Escúchame...
disbújate atenta y danza
Mueve los besos con celo
Que se acerca la matanza

Tu correteas entre las nubes
Rimas hip hop de África
Giras y entre fluidos subes
subes...
Como aliento entre dos luces
En la noche duermes flácida


Oigo susurros de emoción
Al despuntar la mañana
Tus ojos serán de halcón
Tu cara perfil de montaña
Tus dedos...:
¡geranios en el balcón!

Te recuento los prodigios
Como moneditas falsas
Uno a uno te los canto
Con la voz entrecortada
 y así...
¡Te bendigo con mi llanto!

¡Aliento de hierbabuena!

Tienes manos de carpintero
Pies de dolor y hojalata
La boca de pregonero
Dientes que cortan la espada
Los dedos del limonero
Palabras de cerbatana
Los oídos con sombrero
y el pelo, fino,  fino y de pura lana

Tu eres la puerta abierta
La ventana de la aurora
Las colinas verdeantes
Los campos con amapolas

Rojos campos de batalla
Que dormitan los semblantes
Como casas sin cal


¡Ay, ay, mira como vienes hoy!
Te levantas de mañana
Nos lo dice el resplandor
Las nieblas en la montaña
Los trinos del tejedor
Mientras construye su casa

Tienes gestos de limosnero
Labios finos de tarlatana
Tu llanto nos trae consuelo
Eres rocío que nos deja el alba

Ció eres proyecto de roca
El poder de la esperanza
¡Ay...!
Mueve los besos del cielo
Que se acerca la matanza

sábado, 27 de febrero de 2010

Tu eres luz en la hierba.

Tu eres luz en la hierba. 28-2-10
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Cunana VII

Escucha el canto de la noche, ¡escucha!

Son tus ojos
Cantos llorados
Son tus manos
Días pasados

Y tus labios
Dulce de guindo
Sal de la tierra
Flor de los limbos

Y tu nariz
¡Canto de perdiz!

Oye mis pasos…
¡Pies cansados!
¡Adiós, adiós…!
¡Adiós, amado…!

viernes, 26 de febrero de 2010

Cunana VI

Descendiente de Arrastra-santos con su destino. 26-2-09

Cunana VI

Baja y sube
Canta la nube
Entra y sale
El sol de calle

A que no…
A que no…
¡A dormir lo digo yo!

Ríe y llora
Salta la Nora
Grita y calla
Silba la tralla

A la tres
A las tres
¡En la cuna te encontré!

Toma el cepillo
Dame el zapato
Friega que friega
La luna en el plato

A que sí…
A que sí…
¡En el baño te prendí!

Dame la mano
Sube a la cama
Entra el sueño
Hasta mañana

Ay sí
Ay sí
¡Esta noche es para ti!

jueves, 25 de febrero de 2010

Tu voz oculta sueños en la hierba.

Tu voz oculta sueños en la hierba. 25.2.10
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Palabras de orden menor.
El envovoz ha cubierto de hierba el especulo, el recipiente de luz y las varas de la fortuna. En su mente son ahora el nido y la ceniza del Fénix renacido. Tiene incrustada en la razón el efecto delirante de una ilusión, de ella nace el calor de los días futuros. Esa es su esperanza y es seguro que también será su lecho. Ahí, en ese montículo de hierba, réplica de los montes perdidos, le canta al oído a todos los seres nacidos. Su voz es inaudible, pero los efectos son evidentes en los procesos naturales, es como el trino de los robles y el siseo del alcón…
Cuando su voz muera; prestad atención, él seguirá cantando sin cesar…¡eternamente!
Cunana V
Miro, miras
Canta la lira
Como la guitarra
Contigo suspira

Solito estoy
Solita estás
Chiquito no viene
Chiquita se va
Con el carretón
Azúcar te da

Voy con el sol
Estás en la luna
Toma pan dulce
Agüita con miel
Carne de membrillo
En el carrusel

Mira, miro
Lloro contigo
Chiquito no viene
Chiquita se va
Caballo en el cielo
Que no volverá…

miércoles, 24 de febrero de 2010

El carnero

Hoy te replicas sin argumentos. 24-2-10

El carnero
Hace unos meses me sorprendió el pastor y su rebaño, yo estaba inmerso en los procesos requeridos en La ciudad del Sol. (Ver la entrada: La noche y el viaje al inframundo, día 24 de julio de 2009) Fueron llegando un buen numero de ovejas más o menos dispersas, eran blancas y negras. Mientras sonaban las esquilas y movían la cabeza con gestos nerviosos al arrancar la hierba, yo hacía mi trabajo…Les miraba de reojo. No había pasado ni un minuto cuando apareció el pastor con el grueso de rebaño y, al rato, un carnero viejo con una barba canosa y larga, una cornamenta fabulosa y el caminar reumático y tambaleante de un obeso. Cuando vi el animal me sorprendió su corpulencia y la mirada feroz que desprendían sus pupilas. Parecían los ojos del mal enmarcados en un rostro demoníaco, de ellos se podía destilar toda la literatura de E.T.A Hoffmann.
Al ver que yo le miraba con mucha atención, el pastor empezó a hablar del carnero, me contó cosas sorprendentes que no viene el caso explicarlas aquí. Sólo creo oportuno hacer mención a su acción repentina tras unas breves palabras…

--–Es viejo, no se los años que tiene, posiblemente más que yo, pero bebe vino como cualquier hombre y no le hace ningún efecto; ¡yo me doblo mucho antes que él! –

Dicho esto sacó una botella de la mochila y empezó a escanciar vino tinto en la boca del carnero, así hasta vaciarla totalmente. El pastor, una persona alegre de unos cincuenta años y dentadura tintada de tabaco, empezó a hablar sin detenerse a pensar; sin freno alguno explicaba todo aquello que le pasaba por la cabeza. Como un beodo hablaba y el carnero lo miraba absorto y complacido.

Quedé convencido de que era un espectáculo de ventriloquia, de que era el carnero el que hablaba por su boca. Al pastor lo veía vacío de cualquier ocurrencia…
El rebaño siguió arrancando hierba, haciendo sonar las esquilas y alejándose de nosotros. Al rato el pastor también marchó haciendo gestos con la vara y sonidos guturales para agrupar el rebaño. El carnero se quedó un rato más, se tumbó con el cuello erguido y la cornamenta majestuosa. Me miraba como un decano mira a sus discípulos y me percaté de como sus pupilas se mimetizaban con los colores del alba. Se acostó a la sombra de Alcor y miraba con atención como emergía el sol en el horizonte.
Cuando el sol ya era un círculo dorado en el cielo, se levantó y empezó su caminar renqueante, ahora tenía más gracia, parecía una mujer con tacones de aguja…
Ya lejos, giró el cuello y baló por primera vez , elevó la cabeza hasta tocar la espalda con los cuernos y dejó un canto para ti…


Beeegg, Beeegg
Voy sombra a comer

El sol es pan de luz
Fermenta el racimo
Cercena la catana
Entre el bello limo

Beeegg, Biiigg
Voy de noche a morir

La nube me reclama
Humedece la hierba
Te preparo la cuna
Con flor de canela

Beeegg, Buuugg
Mi gozo lo llevas tu

El viento te canta
Es momento de dormir
Para mi son las noches
Para ti es el vivir

martes, 23 de febrero de 2010

Cunana IV

Planto un jardín en tu memoria. 23-2-10


Cunana IV

Con la manos heridas, temblorosas

Planto un jardín en tu memoria

Agasajo la tierra con secretos amorosos

En brazos de luz dejo libres las hojas

Hundidas las raíces, cautivas entre tinieblas


El calor del sol nos acaricia el rostro

Cada mañana veo elevarse tu sonrisa

Bajo la sombra hurgan tus besos cálidos

En abrazo eterno te acoplas a la tierra

Allí respiras jadeos de sementera


Tu aliento me estremece y te respondo

Me das la fuerza que vibra lentamente

Como espiga en el pan tomo tu voz

Así traduce mi mente tus sentimientos

Como el rocío germinan los versos


Canta canciones para los niños, canta

Te digo, ¡buenos días amor, buenos días!

Tú que eres el resplandor del alba

Y tienes mi corazón mortal uncido

Rehén entre verjas de luz y tiniebla


Sirves alegría y levadura de sueños

Instruyes en los caminos del amor

Muéstranos la piedra reconciliada

Enséñanos a ser amantes confiados

Como la abeja y la flor del cerezo


¡Enseñanos la faena que corresponde!


Haz de los campos serenos, verdeantes

Caminos de júbilo y sendas transitables

Lugar de encuentro, semillas del pan

Haz de la risa un canto para los niños

Que recuerden siempre su tiempo feliz


¡para llorar ya estamos los viejos!

lunes, 22 de febrero de 2010

A veces, tu y yo somos uno.


A veces, tu y yo somos uno. 22-2-10
El desconocido

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Casi cada día me cruzo en el camino con un ser extraño, con sólo mirarle me lleno de angustia y temor. Es un vagabundo que no hace mal a nadie, no roba, ni inquieta a los vecinos, puede que sea solo un caminante que ha parado el caminar. Alto, espigado, con barba de semanas, sin peinar y desnutrido; se le ve extenuado. Viste un abrigo negro ajustado al cuerpo, camisa de franela a cuadros, zapatos deformados y sin cordones y pantalón vaquero. Levanta los hombros y hunde el cuello con un movimiento pausado, se puede deducir que se esconde entre los hombros. Hoy llevaba colgando de la mano un conejo muerto, maltratado, parecía atropellado por un coche.

¡Cualquiera podría narrar con su vida una historia llena de encuentros humanos, seguramente tristes, desgraciados e infaustos!

Malvive en una casa abandonada muy cerca de La Comella, una casona llena es escombro, tapiadas las ventanas y ausente de vida.... No sé como pudo abrir un agujero en la pared y por él se cuela; entra y sale cada día entre crepúsculos. La casa se ubica en las tierras baldías donde todavía florecen los lirios, es un lugar que me llena de melancolía; es un sentimiento que se disuelve en el aire y lo deja todo saturado de recuerdos. Los árboles frutales se han muerto, algunos se han hecho salvajes con frutos enfermos. Todo el valle presenta el mismo rostro, la misma agonía, el mismo abandono y a su vez la pervivéncia de un sueño feliz. Allí vive el pasado enganchado a las piedras, se estremece en las ramas donde todavía resuenan risas jubilosas. Ahora es derrota, victoria del tiempo mineral, sigilo entre rumores, temor y silencio que se abate. Se podría afirmar que él también es una imagen del pasado que se hace presente, un cuerpo desplazado que camina sin aliento; ¡pero... no, no es real!

Yo le digo…
–¡Buenos días!–

Él me mira perplejo y sigue caminando, sin mover el ánimo sigue caminando, sin prestar atención a nada de lo que pasa a su alrededor..., ¡sigue caminando sin mirar! Atrás deja su estela como un surco en mi mente. Así se aleja lentamente y se pierde en el último recodo del camino, ¡lentamente! Lo miro sin espiarle, observo como aquel rostro ausente se lleva sus dudas y las mías,
¡sin decir nada se las lleva!

A veces me pongo a pensar si soy yo; ¡ya de regreso…
!

domingo, 21 de febrero de 2010

Te canto en la cuna

¡Buenos días amor, buenos días ! 21-2-10
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Cunana IV

Bolitas de armiño
Luces son tus ojos
Manitas de un niño
De añil un manojo

-->
 
-->¡Botaru, botaru
Que se marcha el autobús!

Te canto en la cuna
Me ondula tu boca
Te muestro la luna
-->
Es viento en la popa

--> En el viaje has fluido
Chiquito que añoras
Tu luz ha mostrado
El color de la aurora

-->
¡Botaru, botaru
Ya se marchó el autobús!

Bolitas de armiño
Son tus ojitos verdes
Resplandores de fuego
Que en el beso prenden
-->

El puerto lejano
Se une al instante
Tu fuiste timónel
Yo llevé el sextante

-->
¡Botaru, botaru
Que se duerme el autobús!

Bolitas inocentes
Son tus ojos vedes
Manitas de espuma
Que mi boca prende

-->
¡Botaru, botaru
Que ya viene el autobús!

sábado, 20 de febrero de 2010

Devoradores de almas

Los días serenos nos miramos de frente. 20-2-10

Cunana III
Bisagra añeja, gruñe, canta el grillo
¡Escucha, escucha, afilan los dientes!
Cortan el resuello y sangran el oído.
Adormecen lentamente el tambor.
Por bello entra el predicador temido.
Ardiente incubo que se funde al poder.

Ten cuidado, son limo de jabón batido.
Siempre van con argucias en los dientes.
Rodeados de sabios merodean la caja.
Se amarran con bridas a la silla de mando.
Crean leyes a su medida, ¡son insaciables!
Espadas dulces que sangran el corazón.

¡Violan a las niñas mientras duermen...!

Escucha Ció, tu eres hija del sol...

Son bisagras viejas, tararea el grillo.
En el sueño introducen el rabo frío.
Dejan semilla insalubre en la mente.
Con sigilo se cuelan en tus palabras.
Te roban el saquito de las huevas fértiles.
Las mastican como caviar entre el cava.

Son escultores que modelan señuelos fatales.
Hacen de tu cuerpo una cacatúa de papel.
Presta atención, salen en la tele cada día.
La hacen servir con artilugios hechiceros.
Embaucan y secuestran la voluntad.
Son insaciables devoradores de almas…


Escucha Ció, tu eres hija del sol...

viernes, 19 de febrero de 2010

Canto del padre

Vienen los cielos alberos. 19-2-10


Canto del padre


Crujen tus huesos como palos secos

Tus aúllos zahieren caminos al sol

Ahuyentan mis sueños tus manos sangrantes

Veloces suben y bajan; señalan las sendas

Son surcos dolorosos que abren la sien


¿Qué son esos tizones celestes?

¿Esas llagas abiertas entre las nubes?

Son molinetes que exhala tu aliento

El fruto de tu mente que ha fermentado

Luces centelleantes que quiebran la roca

Silban con el viento, silban y gruñen


¡sin abrir la boca te cantan!


Tus sueños son réplica del mundo

En la aurora y sus llanos naces

Gimes entre los cielos oscuros

Remontas en un potro ciego

Un río oscuro y veloz remontas


Recorres furtivo las torrenteras

Entre sollozos glorificas todo

Has sido el canto en mi pecho

Me golpeas en la boca, en la palabra

En el tránsito me das cuatro martillos


Bailas como las semillas, ¡bailas!


Sollozas, timbre viral en la tierra, sollozas

Tu boca es sima del deseo, tu boca

Hueco donde resuenan las voces

La garganta que lo devora todo

Allí naces, eres susurro de luna.


Tomas aliento oscuro y gimes

De las simas arrancas cebo de las simas

De las profundidades ígneas lo arrancas

Nos traes el señuelo que nos hará desfallecer

¡Una y otra vez derrotados!


Así torturas mis sentidos, cada día

Tus palabras son dulces y traspasan

Tus manos son tan veloces, tan apasionadas

Que se funden con los rayos del sol al alba


¡Después duermes!

Cuando se desangra la aurora en el cielo


Tu llamas al corazón florecido

Canto siniestro, es un timbre de dolor

En el pecho construyes la tumba

La incertidumbre que se expande

Todo lo sangras en versos de luz


En los desiertos oscuros te extiendes...


II Canto


Soy padre dormido entre el surco

Tu eres mente confundida, emocionada

Lloras como salitre entre rocas

Eres polvo de polvo uncido

Brote seco que arroja la primavera


En tu imaginación nace la herida

En tu cuerpo el lazo roto

En la piel las zanjas hundidas

En los pies la fatiga permanente

Así emergen las sombras de la muerte


La vida es caldo de sementera

Oscila como timbre en la mente

Entre membranas nace y se replica

Se cobija y guarda la simiente

Se esconde entre recuerdos

Tesoros que nacen, se recrean
Como cajitas de ensueño florecen
Dormidas unas dentro de otras
Secretas entre paños terribles
Entre dolores, ensimismados,

¡allí permanecen!

jueves, 18 de febrero de 2010

Ció se encarna en la luz

Me encuentro sereno entre resplandores. 18-2-10

Ció es la excitación del concepto, más tarde será verso, idea hecha forma.

En el principio de los tiempos no fue el verbo según se dice; con un viento racheado se dio el aliento de la concepción. La vida fue posible y el concepto se formuló, no en forma de palabra, no, se dio en forma de vida temblorosa. La concepción del mundo ha sido un encadenamiento de sucesos, lentos, prolongados y genitales. El coito de las partículas está detrás de todo el proceso. El impulso material es fermento proteico de todo, el estremecimiento físico es el origen, en él nace la libido excitante que se ubica en el corazón del mundo.

¿Ció muere o se marcha con su amado?
¿Huye del dolor de los humanos o busca el reposo apacible entre las vibraciones del tiempo?

Quizá es roca que contiene la urna del amor humano...

Nunca sabremos nada de las “voluntades” secretas de la luz…es demasiado complejo el devenirse en palabra, en encarnarse en verso...

¡Somos hijos de ella!

En la puerta de los limbos, Ció contempla lagos oscuros, se lanza al vacío y vuela rasante a la aguas primordiales. Movida por el viento que sale de su boca sobrevuela las llanuras acuosas y contempla los páramos de la soledad y la nada. Iluminada con la luz de sus ojos se yergue ante la adversidad y canta. 


-Madre almendra hija en flor…-

En la lejanía observa un promontorio oscuro, se dirige hacia él, mueve sus poderosas alas y se posa suavemente.

Como papel de seda se posa.
Todo vuelve al inicio…

¡Ció aúlla una nota prolongada!

-Madre almendra hija en flor…-

Durante siglos queda quieta en aquel lugar sin ley, las dos plumas que cimbran su cabeza toman la medida y el ritmo del tiempo. Allí, sin decir nada, estira el cuello una y otra vez.

Así ensaya el primer canto…

-Madre almendra hija en flor…-