lunes, 14 de diciembre de 2009

Barack Obama. Las alianzas

Miro y me cubro con el manto de bivalvos y caracolas. 14-12-09


Barack Obama. Las alianzas


IV Testamento. Legajo IV. II

Al Presidente de los Estados Unidos.


Alegato V. III Voz

Mi voz mece un salmo en los limbos.

Un alegato que anuncia la nueva era.

Aviva los caballos de crin añil.

La conquista del alba empieza.

Es el momento de alzar el ánimo.

De avistar lejos, avanzar firme.


¡Un centauro azul cabalga las brumas!

La gran garza ilumina los valles.

El invovoz ahuyenta las tinieblas.

Se viste con caracolas y bivalvos.

Sopla, canta, es heraldo de la aurora.


Vibran los aretes como partículas.

La voz de los justos gira en el aire.

Construir el anillo es pactar con la tierra.

¡Gestionad el aliento y las semillas!

Así nacen los templos del alba,

................................¡los lazos, las alianzas!


IV Voz

Las leyes naturales voltean sin cesar.

Tu las gestionas con voz de roca.

Habla a los ojos, te están escuchando.

Hace siglos que esperan la nueva era.

Los humanos también son adaptables.

Saben sufrir y acoplarse al tiempo.


Habla, ¡te están escuchando!

Viven en simbiosis permanente.


Dispones de los refuerzos de Fénix.

Del mandato legal, del clamor colectivo.

Eres gobierno en la ciudad del sol.

Las normas hay que respetarlas.

También defenderlas con firmeza.


Eres centauro azul y remontas el alba

¡Como una nube asciendes!

Gestiona la ley universal y danza.

Tu puño es el mazo del juez.

Nadie es ajeno al dolor, ¡al placer!


Puedes batir las manos, excitar el tono.

Trazar la senda de un hombre nuevo.

Una alianza con las sales de la tierra.

Es pacto escrito sobre agua de lluvia.

En la cisterna índigo duerme.


¡Tu serás su custodio permanente!


Si no actúas con decisión y valentía.

Si no amparas las manos laboriosas.

Las palabras de los sabios justos.

Los gestos de los resistentes.

La voz de los poetas ausentes.


¡Una vez más seréis vencidos!


Nunca tuve confianza en los hombres.

Tienen mal oído, los ojos diminutos.

Por eso soy heraldo de melancolía.

Yaceréis derrotados con dolor.

¡Una vez más subyugados!


Este alegato te dejo hoy entre nubes.