viernes, 12 de junio de 2009

Fénix o la Ciudad del Sol

La leyenda de Fénix la nombran Luciano, Ovidio y Séneca entre otros escritores romanos. Para Claudio Claudiano, el último de los grandes poetas romanos, S. IV después de Cristo, "es un ave igual a los dioses celestes, compite con las estrellas en su forma de vida y en la duración de su existencia, vence el curso del tiempo con el renacer de sus miembros. No sacia su hambre comiendo ni apaga su sed con fuente alguna". Habita en un lugar distante, seguramente en oriente que es el lugar de la bienaventuranza y donde dicen estuvo el paraíso. Quizá su morada pueda ser las riberas del Nilo, el viejo país de Horus. Fénix es un ave que se funde con el sol y es el rey de todas las aves como son las águilas. Es de enorme tamaño, cuyas plumas de oro bañadas de rojos y anaranjados la distinguen de las demás aves. Su plumaje es de un rojo encendido como el azafrán, cubre sus hombros, pecho, cabeza y cuello con los rayos del sol. Lo que más sobresale en su  hermosura es la cresta que lleva en la cabeza; dos plumas alargadas terminadas con una estrella de luz potente que alumbra las tinieblas. Claudio Claudiano aporta una mirada moderna y poética al mito y  lo compara con dos jacintos azules, de los que sale una llama, con los que canta y saluda al sol. 

Su alusión a las águilas es posiblemente a que los romanos hacían servir el águila como símbolo imperial y de ellos se ha difundido en la imaginería occidental y en la mayoría de los imperios creados en Europa, pero en la antigüedad es rara la alusión de Fénix con la forma de este animal. 

2 comentarios:

NaoBerlin dijo...

Podrías darme la referencia de la obra de Claudiano referida al fénix. Es que no la encuentro, muchas gracias :)

Anónimo dijo...

Hola Rufino,

Soy Raul Lucena, creo que ya no te acordaras de un alumno tuyo ... bueno, intentare ir ha escuchar tu presentación a Art Pinyol. Animo.

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