viernes, 12 de junio de 2009

Fénix, el escarabajo pelotero y el concepto de renacimiento que hereda el cristianismo.

Preámbulo
Aquí quiero dejar expuesta una idea que espero que alguien con más conocimiento y con mas tiempo que el que tengo yo la desarrolle con habilidad y capacidad seductora, creo que merece la pena esclarecer los símbolos de nuestro pasado y refundarlos en el presente. En la historia de las religiones y mitologías se han creado relaciones simbólicas entre diferentes figuras de carácter sagrado. En ocasiones las cualidades de determinado animal, planta, piedra o montaña, sirve para encontrar explicación al misterio generado por una situación inexplicable. Cuando se encuentra un nexo común entre las relaciones creadas entre pequeños fenómenos observables y grandes acontecimientos inexplicables y se repara que esa es la clave para salir del enigma, para apoyar las ideas, aliviar el desasosiego y la incertidumbre, la conclusión nos llena de asombro y tenemos la impresión de que hemos sido asistidos por una conclusión inspirada. En este caso quiero desarrollar el feliz encuentro simbólico entre el escarabajo pelotero, el ave Fénix y la imagen de la resurrección de Jesús. Todo ello para entender el nacimiento del sol como la autentica resurrección, ya que en los brazos de la aurora nada es igual bajo las vigas del cielo. El cambio continuo de los acontecimientos, unidos a los ciclos que nos expone, nos hace sentir renacidos entre las brumas del alba, ¡cada día!. Este es el trabajo que estoy desarrollando bajo la idea de Fénix o La Ciudad del sol.
Antes de llegar a ninguna conclusión al respecto del renacimiento, empiezo negando el principio de fe y afirmando el valor de la voluntad. Fénix está en los efectos de la aurora, en los cambios que nos somete cada día, ahí está su autentico renacimiento. Renacemos porque somos parte de la vida y en ella encontramos el lecho de la muerte y la transformación posible en otra forma de vida. Sobre el tema del alma ya entraré a hablar de ello, es el trabajo oculto en muchas de mis esculturas.

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