viernes, 15 de enero de 2010

La concepción

Diminuto entre caracolas y bivalvos. 15-1-10


La piedra originaria

En el viaje de regreso pasa por estados avivados, lagunas que desprenden perfumes genitales, ¡es el tiempo del nuevo renacer!

La sombra de Fénix nada sobre las aguas y se posa en el Benben (la piedra originaria), meteorito que cae del cielo entre las gotas de rocío. Hierático y encaramado, estira el cuello y lanza un gorjeo que hace vibrar los cimientos de su mundo. Solo él, con los pensamientos vestidos de nada, zarandea y excita el aire con ardores amorosos. De sus temblores nace en la mente una brizna de luz y el latido nervioso de su corazón. El proceso se pone en marcha, las aguas serpentean, se animan y la piel de la tierra se viste de verde, de ahí nacen las antífonas. Pasan sucesos dramáticos, algo desconocido se abre camino, es el momento de ponerse de pie y entonar los cantos de cuna, las “Cunanas”. En las "antífonas", el nuevo ser describirá su experiencia de viaje como lo hizo Fénix en los senderos de la muerte. Explicará todo el trayecto imaginado, no sólo la experiencia de ser fecundado y crecer unido a la espiral de los limbos, si no también el proceso de nacer y el paso traumático por la mandorla, la ventana del asombro.


Seguirán los sueños del despertar; los sentidos se iluminan en un universo de posibilidades ilimitadas. Los ojos son hechos por la luz, el sonido construye el yunque y el martillo y el pecho vacío de sentimientos se transforma en torrenteras de leche amarga. En el leve descubrir de los sentidos se revelan las antífonas, expresiones comprimidas en forma de haiku que iluminan los paisajes de la mente.


Las cunanas son cantos del amanecer que inducen al sueño y al gozo amoroso; también a la huida temerosa detrás de las tinieblas. Están pensados para celebrar la cópula que traerá a la vida el nuevo Fénix, pero el hecho doloroso de no tener madre biológica le marcará la vida y hará de sus cantos un aullido de dolor. No obstante, son cantos excitados con la alegría natural de los colores de la aurora, con las danzas lascivas entre Alcor y Tanina. Las cunanas narran los placeres de vivir y la excitación gloriosa de producir vida.


Algunos versos son descriptivos y otros hablan con metáforas que incorporan el impulso libidinoso, el hálito que mueve la reproducción de la vida. Todo es un enlace amoroso cuando la semilla, el semen primordial, entona las antífonas y es arrastrado por el viento al limo fértil, a los huecos germinales ocultos en la caverna de las maravillas.


En ese momento, con un espasmo repentino, la luz es fecundadora, creadora de revelación y espanto. Se quedan en cinta las yeguas lusitanas, las encinas de Bages, los cerezos del Jerte, los naranjos de la costa del azahar, las mujeres de Libia y las del Serrallo también... La libido del sol desprende sustancias minerales que sirven de afrodisíacos potentes. Es tal su poder que las piedras copulan con los robles, las encinas con los cernícalos, los cisnes con la mujeres más bellas y los hombres se truecan en brisa para copular con las orquídeas.

Es un momento de gozo orgiástico sin límite, como la noche de las mariposas blancas…


Los siguientes versos están sacados de Susurros en un agujero, perfectamente podrían ser palabras de Fénix en los intentos de regresar. Cuando los escribí hablaba con boca de escultor, entonces era sólido como la roca, era el que tejía los pensamientos conducido por el deseo; ahora soy un artefacto en las manos del sol; ¡me someto a sus sugerencias y modelo su luz”


Soy el fruto de un instinto que destila la tierra.

Sentimiento que arrastro toda la vida y en ella me consumo.

El viento y la luz me fecundan como el coito de las mariposas.

Ellas depositan huevas diminutas entre las hojas de la ribera.

Las encuba la luna con los fermentos del limo.

Nacen millones en una noche virulenta, es una nube en movimiento.

Así danzan y se gozan, ¡toda una vida en un instante!

Allí mueren, vuelan un acto de amor entre luces de luna nueva.

¿Qué fuerza se oculta en un soplo tan ligero?

Como añoro una vida así, ¡tan plena y breve!


Me cimbras la espalda, escucho la percusión de tu corazón. 15-1-10

La concepción

Estira su cuello de cisne por los límites del lago primordial, planea sobre él como un moscón zumbando las alas, eso excita las aguas, las hace ácidas y se iluminan con florescencias sutiles. Su cuello es ahora un manojo de lirios y lo introduce suavemente entre los vahos perfumados del monte y el valle germinal. El agua no opone resistencia, se deja penetrar con los lances del sonido, en él hay el reclamo de las fragancias venéreas.


La aurora repliega los pechos, los aprieta con los dedos y riega las aguas con sustancias lujuriosas. Sin mas preámbulos se hace un vestido con la verga del cielo y camina en torbellino sobre las aguas; danza los encuentros misteriosos del amor renacido. Un caño de espuma se vierte en su vientre, una boa candente le penetra por la boca, por los oídos, los ojos y los poros de la piel. El velo de Isis se hace diáfano, los pezones lanzan ríos de leche, la boca destila el dulce candor del beso y la cintura mueve las olas con mil caricias. Las manos son nubes que aparecen llenas de zalamerías, acarician la falleba, el labio y el postigo.

¡Poco a poco entonan la cópula de los limos!


Una y otra vez se entrega al amor líquido, éxtasis que se consume al instante. En el claro del bosque hace el lecho, limpia un espacio y expone sus maravillosos colores, expande los aromas de las glándulas anales y se entrega mientras escucha el trino del ave Lira. (Es posible que el “ave Lira” sea un pariente lejano de Fénix). Sabéis que esta entona los más bellos cantos, imita todas las voces del bosque, todos los sonidos posibles, entre ellos las antífonas y el canto de las Cunanas. El viento las lleva para dormir a los niños y enseñarles los espacios del sueño; también para fecundar la tierra. Fénix deja caer un rayo de luz y LUCA renuncia a su virginidad entre los mantillos del río. Así, una y otra vez, Gaia se fecunda con los rayos del sol.


¡Una nueva fauna, vigorosa y fantástica, empieza a renacer…!


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