martes, 10 de noviembre de 2009

Fase. VIII. II

Cubierto y te observo. 10-11-09


Fase. VIII. II

El viaje

He pasado por mil sendas sin querer.
Me reciclan los recodos del camino.
He sido calcio en el fémur de un faquir.
Incuria que calienta la tierra, salina de Uyuni.
Cobre sonoro en el badajo de la gran esquila.
Cromo en las hebillas de Pedro alonso López.

Soy rail de acero en los carros subterráneos.
Fósforo en el semen de un delincuente.
Magnesio en la carcasa de un móvil.
Sílice solar que aviva la esperanza.
Manganeso en los sables y el agua.
Vivo el tiempo mineral y estoy activo.

Canto en el reflejo del agua enamorada.
Imagen especular que absorbe el mundo.
Lo devora sin piedad, le enajena el espíritu.
Retumba como pólvora en la cintura.
Soy puerta del misterio contenido.
En el corazón de los hombres me oculto.

Mis pies no se mueven del lugar y caminan.
El viaje me llena de asombro día tras día.
Paso por las puertas fascinantes de la vida.
Atónito cavilo y actúo en su mano.
En cada estancia dejo un ramo de jacintos.
Calderos de cobre y ungüentos para las manos.

El caballo alienta y galopa a mi encuentro.
El colibrí aletea y canta sobre mi rostro.
Los árboles se yerguen para asirme la luz.
Soy disco de oro negro que alumbra la noche.
Los hombres me contemplan con temor.
Con mi mano de viento les acaricio el rostro.

En las entrañas de la tierra duerme mi pasado.
Gota a gota llega como aliento a los motores.
Sus bramidos llenan los valles de espanto.
Enloquecen las mentes en una epifanía.
Acelera los corazones, los hace estallar uno a uno.
Señuelo taimado que cataliza los sentidos.

El pensamiento práctico se ha hecho astuto.
Se desploma cruel como guillotina de uranio.
La condena pende de los hilos del tiempo.
Como una espada suspendida nos mira.
Pende…, por los siglos ataja el aire.
Mi rostro vacante resplandece en la hierba.

Al final soc...
La soletat m'anima...
¡Tinc l’ànima de cantir…!

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