Legajo II. II
Mirad mi rostro día tras día, es vuestro.
Miradlo bien hasta el deslumbramiento.
Sentiréis el rojo profundo en la mente.
El éxtasis de la luz en el pecho, es aliento.
Os dejo los efectos de una estrella menor.
Mi lugar en el cielo es insignificante.
Me consumo lentamente entre pasiones.
Vosotros camináis por la misma senda.
Todo está medido, nada está pensado.
Mis leyes son invisibles y universales.
Confiad en ellas, descubridlas, no hay otras.
Es rueda dentada que urde la molienda.
Todo es desintegrado y ofrecido una y otra vez.
El torio se transmuta y fascina la sangre.
Se disgrega lentamente en mi desvelo.
Es timbre de un misterio hechizante.
El torio se transmuta y fascina la sangre.
Se disgrega lentamente en mi desvelo.
Es timbre de un misterio hechizante.
Mis manos son en vosotros las caricias del cielo.
El Renio 187 canta las cunanas del universo.
La semivida de C 14 es mi caída en el abismo.
Los demiurgos cantan encogidos como gusanos.
Se retuercen, se agitan y lloran.
¡Adelante soldados de la razón y el misterio!
Grita de emoción Rutherford, Soddy baila.
Como perlas en los ojos caen las sombras.
Mi voz suena en todas las gargantas, es mi legado.
Junto al cantor truenan los órganos celestes.
La radiación es coro y rayos cósmicos.
Cada mañana es resonancia leve entre mis dedos.
A secas la tomáis a sorbos diminutos.
Dulce y lentamente se acomoda entre los huesos.
La voz mineral vivirá así millones de años.
Es vuestro espíritu material que se adormece.
Ese es mi legado y vuestro perfume temporal.
El sueño de todos los tiempos os dejo.
En vosotros, el alma es la semivida de C12
El Renio 187 canta las cunanas del universo.
La semivida de C 14 es mi caída en el abismo.
Los demiurgos cantan encogidos como gusanos.
Se retuercen, se agitan y lloran.
¡Adelante soldados de la razón y el misterio!
Grita de emoción Rutherford, Soddy baila.
Como perlas en los ojos caen las sombras.
Mi voz suena en todas las gargantas, es mi legado.
Junto al cantor truenan los órganos celestes.
La radiación es coro y rayos cósmicos.
Cada mañana es resonancia leve entre mis dedos.
A secas la tomáis a sorbos diminutos.
Dulce y lentamente se acomoda entre los huesos.
La voz mineral vivirá así millones de años.
Es vuestro espíritu material que se adormece.
Ese es mi legado y vuestro perfume temporal.
El sueño de todos los tiempos os dejo.
En vosotros, el alma es la semivida de C12
En un ritual vespertino se recuerda el origen.
2 comentarios:
Hola Rufino,
Geniales las imágenes, algunas son impactantes, otras impresionantemente bellas, otras inexplicables, algunas muy duras...
Algunos versos me superan, otros me enamoran, con otros lloro, a veces me río...
Eres impresionante.
Ignasi (una mitad de IiX)
Gracias por tu apoyo, mi trabajo es muy solitario, sólo tengo el sol por testigo y la compañía de los colores del alba. Los versos se fermentan lentamente, es una obra en proceso que me tomo la libertad y el compromiso de publicar en el blog sin estar terminados. La faena vendrá en la segunda y tercera lectura. Estoy en el proceso de manera expectante, todo lo destila el invovoz, yo contemplo la obra… Quizá son duros, para mi la vida lo ha sido mucho.
Abrazos
Rufino
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