
Cunana IV
Con la manos heridas, temblorosas
Planto un jardín en tu memoria
Agasajo la tierra con secretos amorosos
En brazos de luz dejo libres las hojas
Hundidas las raíces, cautivas entre tinieblas
El calor del sol nos acaricia el rostro
Cada mañana veo elevarse tu sonrisa
Bajo la sombra hurgan tus besos cálidos
En abrazo eterno te acoplas a la tierra
Allí respiras jadeos de sementera
Tu aliento me estremece y te respondo
Me das la fuerza que vibra lentamente
Como espiga en el pan tomo tu voz
Así traduce mi mente tus sentimientos
Como el rocío germinan los versos
Canta canciones para los niños, canta
Te digo, ¡buenos días amor, buenos días!
Tú que eres el resplandor del alba
Y tienes mi corazón mortal uncido
Rehén entre verjas de luz y tiniebla
Sirves alegría y levadura de sueños
Instruyes en los caminos del amor
Muéstranos la piedra reconciliada
Enséñanos a ser amantes confiados
Como la abeja y la flor del cerezo
¡Enseñanos la faena que corresponde!
Haz de los campos serenos, verdeantes
Caminos de júbilo y sendas transitables
Lugar de encuentro, semillas del pan
Haz de la risa un canto para los niños
Que recuerden siempre su tiempo feliz
¡para llorar ya estamos los viejos!