viernes, 19 de febrero de 2010

Canto del padre

Vienen los cielos alberos. 19-2-10


Canto del padre


Crujen tus huesos como palos secos

Tus aúllos zahieren caminos al sol

Ahuyentan mis sueños tus manos sangrantes

Veloces suben y bajan; señalan las sendas

Son surcos dolorosos que abren la sien


¿Qué son esos tizones celestes?

¿Esas llagas abiertas entre las nubes?

Son molinetes que exhala tu aliento

El fruto de tu mente que ha fermentado

Luces centelleantes que quiebran la roca

Silban con el viento, silban y gruñen


¡sin abrir la boca te cantan!


Tus sueños son réplica del mundo

En la aurora y sus llanos naces

Gimes entre los cielos oscuros

Remontas en un potro ciego

Un río oscuro y veloz remontas


Recorres furtivo las torrenteras

Entre sollozos glorificas todo

Has sido el canto en mi pecho

Me golpeas en la boca, en la palabra

En el tránsito me das cuatro martillos


Bailas como las semillas, ¡bailas!


Sollozas, timbre viral en la tierra, sollozas

Tu boca es sima del deseo, tu boca

Hueco donde resuenan las voces

La garganta que lo devora todo

Allí naces, eres susurro de luna.


Tomas aliento oscuro y gimes

De las simas arrancas cebo de las simas

De las profundidades ígneas lo arrancas

Nos traes el señuelo que nos hará desfallecer

¡Una y otra vez derrotados!


Así torturas mis sentidos, cada día

Tus palabras son dulces y traspasan

Tus manos son tan veloces, tan apasionadas

Que se funden con los rayos del sol al alba


¡Después duermes!

Cuando se desangra la aurora en el cielo


Tu llamas al corazón florecido

Canto siniestro, es un timbre de dolor

En el pecho construyes la tumba

La incertidumbre que se expande

Todo lo sangras en versos de luz


En los desiertos oscuros te extiendes...


II Canto


Soy padre dormido entre el surco

Tu eres mente confundida, emocionada

Lloras como salitre entre rocas

Eres polvo de polvo uncido

Brote seco que arroja la primavera


En tu imaginación nace la herida

En tu cuerpo el lazo roto

En la piel las zanjas hundidas

En los pies la fatiga permanente

Así emergen las sombras de la muerte


La vida es caldo de sementera

Oscila como timbre en la mente

Entre membranas nace y se replica

Se cobija y guarda la simiente

Se esconde entre recuerdos

Tesoros que nacen, se recrean
Como cajitas de ensueño florecen
Dormidas unas dentro de otras
Secretas entre paños terribles
Entre dolores, ensimismados,

¡allí permanecen!