martes, 8 de septiembre de 2009

La luz tiñe el pensamiento

Es el momento para que excites mi pensamiento, he de acabar los salmos. 8-9-09

La luz tiñe de verde los prados y el pensamiento lo colorea con ideas verdes. Ha costado millones de años conseguirlo, ahora pueden quedar calcinados en pocos días. Siempre es así, con perseverancia el agua corta la roca, las olas del mar dibujan el contorno de la costa y el viento cambia los perfiles de la montaña. Todo tiene un proceso y un fin, nada se inhibe del final de los tiempos. Los humanos tienen el fuego eterno almacenado en silos atómicos y pueden hacer de la tierra una piedra rodante. ¡somos poderosos, auténticos mostrencos!


Tu voz entra por el estómago, ¡es el día! 8-9-09

Nuestra mente es una fuente de producción de realidades, todas pueden ser falsas, algunas son terribles, pocas bondadosas. Nuestra condición no tiene la flor y la pluma en la mano, tiene el fusil, la hoz y el martillo. El martillo no es precisamente para modelar el hierro, ni la hoz para segar espigas, son para golpear los cráneos enemigos y destrozarlos.

Hay que buscar la falsedad de los símbolos, la crueldad de la historia para conocer nuestra condición quimérica y desenmascararnos. Somos depredadores con las uñas ornadas de saña y estamos empecinados en presentarnos como hombres justos. Los que van de victimas también han de hacer este ejercicio. ¡no n’hi ha un pam de net!
Tenemos que repensarnos una y mil veces, en la firmeza de la piedra, en la ligereza del aire, en la fortaleza de la vida, ¡hay que poner los pies en el suelo y pisar firmemente!

Ahora soy una palabra que huye a la velocidad de la luz, ya estoy llegando al fondo. Por eso sé que mis pensamientos vagabundos son también expresiones directas de los alaridos silenciosos de la tierra, de los estremecimientos convulsos de su latir, de los movimientos sincopados de su corazón. Confío en ello, espero que así suenen sus canciones y que así sean sus palabras. Si es así, me pregunto, ¿cómo puedo llevar su palabra y su queja a las órbitas celestes, cómo puedo amasar el barro y escribir su testamento en los rincones más ocultos de su hogar? ¿cómo puedo respirar su aliento y dibujar en los pliegues de su memoria?

¡Hoy el alma formada de partículas, habla por mi boca!
Le digo al invovoz aunque él os dice que soy terco. Creo que no me entiende, es normal tiene ruidos en los oídos y mi voz suena lejana.

¿En que formato he de dejar el testamento para que llegue claro hasta vosotros...?