
disbújate atenta y danza
subes...
En la noche duermes flácida
¡geranios en el balcón!
y así...
¡Aliento de hierbabuena!
Tienes manos de carpintero
Rojos campos de batalla
Como casas sin cal
Mueve los besos del cielo
Cunana IV
Con la manos heridas, temblorosas
Planto un jardín en tu memoria
Agasajo la tierra con secretos amorosos
En brazos de luz dejo libres las hojas
Hundidas las raíces, cautivas entre tinieblas
El calor del sol nos acaricia el rostro
Cada mañana veo elevarse tu sonrisa
Bajo la sombra hurgan tus besos cálidos
En abrazo eterno te acoplas a la tierra
Allí respiras jadeos de sementera
Tu aliento me estremece y te respondo
Me das la fuerza que vibra lentamente
Como espiga en el pan tomo tu voz
Así traduce mi mente tus sentimientos
Como el rocío germinan los versos
Canta canciones para los niños, canta
Te digo, ¡buenos días amor, buenos días!
Tú que eres el resplandor del alba
Y tienes mi corazón mortal uncido
Rehén entre verjas de luz y tiniebla
Sirves alegría y levadura de sueños
Instruyes en los caminos del amor
Muéstranos la piedra reconciliada
Enséñanos a ser amantes confiados
Como la abeja y la flor del cerezo
¡Enseñanos la faena que corresponde!
Haz de los campos serenos, verdeantes
Caminos de júbilo y sendas transitables
Lugar de encuentro, semillas del pan
Haz de la risa un canto para los niños
Que recuerden siempre su tiempo feliz
¡para llorar ya estamos los viejos!
Canto del padre
Crujen tus huesos como palos secos
Tus aúllos zahieren caminos al sol
Ahuyentan mis sueños tus manos sangrantes
Veloces suben y bajan; señalan las sendas
Son surcos dolorosos que abren la sien
¿Qué son esos tizones celestes?
¿Esas llagas abiertas entre las nubes?
Son molinetes que exhala tu aliento
El fruto de tu mente que ha fermentado
Luces centelleantes que quiebran la roca
Silban con el viento, silban y gruñen
¡sin abrir la boca te cantan!
Tus sueños son réplica del mundo
En la aurora y sus llanos naces
Gimes entre los cielos oscuros
Remontas en un potro ciego
Un río oscuro y veloz remontas
Recorres furtivo las torrenteras
Entre sollozos glorificas todo
Has sido el canto en mi pecho
Me golpeas en la boca, en la palabra
En el tránsito me das cuatro martillos
Bailas como las semillas, ¡bailas!
Sollozas, timbre viral en la tierra, sollozas
Tu boca es sima del deseo, tu boca
Hueco donde resuenan las voces
La garganta que lo devora todo
Allí naces, eres susurro de luna.
Tomas aliento oscuro y gimes
De las simas arrancas cebo de las simas
De las profundidades ígneas lo arrancas
Nos traes el señuelo que nos hará desfallecer
¡Una y otra vez derrotados!
Así torturas mis sentidos, cada día
Tus palabras son dulces y traspasan
Tus manos son tan veloces, tan apasionadas
Que se funden con los rayos del sol al alba
¡Después duermes!
Cuando se desangra la aurora en el cielo
Tu llamas al corazón florecido
Canto siniestro, es un timbre de dolor
En el pecho construyes la tumba
La incertidumbre que se expande
Todo lo sangras en versos de luz
En los desiertos oscuros te extiendes...
II Canto
Soy padre dormido entre el surco
Tu eres mente confundida, emocionada
Lloras como salitre entre rocas
Eres polvo de polvo uncido
Brote seco que arroja la primavera
En tu imaginación nace la herida
En tu cuerpo el lazo roto
En la piel las zanjas hundidas
En los pies la fatiga permanente
Así emergen las sombras de la muerte
La vida es caldo de sementera
Oscila como timbre en la mente
Entre membranas nace y se replica
Se cobija y guarda la simiente
El anillo de piedra es el testimonio de un gesto repetido durante años… él me presenta ante las deudas del futuro, él me avala…